Cada 29 de agosto se celebra el Día del Árbol, pero Mendoza dedica un mes entero a la concientización y cuidado de este recurso. ¿Cómo se lo cuida?
Mendoza reconocida por su arbolado público: cuáles son las especies más abundantes y sus beneficios
Para concientizar sobre la importancia de los recursos forestales y fomentar su preservación, en Argentina se celebra el Día del Árbol cada 29 de agosto. Esta conmemoración surgió, con el mismo fin, en Suecia pero la Provincia de Mendoza le dedica un mes entero e incluso, por su labor en el cuidado del arbolado público, fue reconocida por la ONU.
Este año, el Área Metropolitana de Mendoza recibió el galardón “Tree Cities Of The World”, otorgado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Alimentación y la Agricultura. Según destacaron desde el Gobierno, solo en 2023 se plantaron 21.532 árboles y se invirtieron más de US$6.000.000 y 2.000 horas de trabajo en tareas de replante, conservación y forestación.
Cabe destacar que, de las 200 ciudades de todo el mundo que fueron reconocidas por la ONU solo se encuentran dos de Argentina: Buenos Aires y Unicipio, la unidad territorial conformada por Ciudad, Godoy Cruz, Guaymallén, Las Heras, Lavalle, Luján y Maipú.
Si bien la provincia cuenta con su propio Día del Árbol -el 15 de agosto-, este 29 se celebra a nivel nacional. En diálogo con Sitio Andino, el ingeniero agrónomo especializado en manejo de arbolado público, Pablo Castellanos, explicó que, por este motivo, tanto Mendoza, los departamentos y muchas instituciones educativas festejan el mes del árbol.
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Pese a ser un oasis y contar con un clima semi-desértico, muchos visitantes piensan que Mendoza es una ciudad construida dentro de un bosque. Esto se debe a las frondosas copas de su arbolado y la diversidad de ejemplares que se pueden encontrar en las calles de toda la provincia.
En este sentido, Castellanos precisó que los municipios prestan especial atención a este recurso y a cada uno de sus ejemplares de los cuales, según detalló, un 40% son Moreras, alrededor del 20% es Fresno -el cual se divide entre europeo y americano, y otro 40% compuesto por Acacia, Paraísos, Plátano y Jacarandá.
“El grueso de nuestro arbolado son Moreras y Fresnos. Estas son especies exóticas y, si bien, en su momento, funcionaban muy bien, hoy en día son grandes consumidores de agua. Por esto, de a poquito vamos mutando y optando por usar especies de bajos requerimientos hídricos”, explica el ingeniero.
Por este motivo, las especies nativas son ahora las elegidas por los municipios para adornar sus calles y espacios verdes. Castellanos detalla que en Lavalle, por ejemplo, se trabaja en la plantación de Algarrobo sin espina, y también “se opta por forestar con Acacias, Cina Cina, Cercidium, Leucaena y todos aquellos ejemplares que sean parte de las leguminosas y nativos”, que son aquellos que menos agua requieren.
Sin dejar de lado su compromiso con el cuidado del arbolado, la provincia también busca eficientizar el uso del recurso hídrico. Para ello, se está virando hacia la plantación de especies que requieran menor consumo de agua para desarrollarse y, la mejor y más lógica opción, son los ejemplares autóctonos.
“Un gran autóctono es el Aguaribay (también conocido como Schinus molle o Pimiento) y lo estamos plantando mucho. El Cina Cina, el Cercidium y las Acacias son otros nativos y uno que es 100% mendocino es el Algarrobo”, detalla Castellanos.
Al pensar en los árboles presentes en las ciudades, lo primero que se tiene en cuenta es en el alivio que brinda su sombra en el verano y su trabajo de limpiar el aire que respiramos.
Asimismo, Castellanos precisó que aparejado a esto, y hablando específicamente de árboles, este recurso “trae un montón de beneficios ecosistémicos”, entre los que se encuentran:
Hay registros que dan cuenta de que los ejemplares más añosos de la provincia se encuentran en Ciudad de Mendoza. “Este es el departamento que más canopia cerrada tiene, es decir más follaje cerrado, por lo que uno puede ver sombra en plena calle Catamarca o Espejo”, destaca Castellanos.
“Se forma una especie de túneles arbóreos y eso se da nada más que en Ciudad porque es el casco fundacional de Mendoza. Ahí tenemos los árboles más longevos”, afirma Pablo Castellanos.
En este sentido, el ingeniero reitera que en el área fundacional de la provincia se encuentran los árboles más añosos que, contrario a lo que muchos podrían pensar, no representan riesgos para los vecinos.
“Podes tener un árbol muy longevo y no te puede dar ningún problema. Cuando se informa que hay cierta cantidad de árboles muertos la gente piensa en una catástrofe. Cuando hay viento Zonda o tormentas convectivas en verano piensan que se pueden caer y no necesariamente por ser añoso o longevo el árbol representa un riesgo”, explica.
Sobre esto, subraya que, al ser seres vivos, los árboles “tienen las mismas etapas que nosotros. Crecen, se desarrollan, se reproducen y mueren. En algún momento dejan de cumplir sus funciones, sus beneficios ecosistémicos, y empiezan a morir”.
“Hay árboles muy pocos longevos como los álamos. Es una especie autóctona que, en su momento, se plantó mucho. De hecho, la Ley Nacional 25.080 busca inversiones en bosques cultivados y lo que más se planta es álamo, porque vos a los 10 años los podes cortar para darle un fin maderero”, agrega.
Y completa: “Siempre que hay un viento Zonda, tanto la provincia como los municipios piensan en el árbol que no pudieron sacar. Después del viento, los árboles que uno pensaba que eran peligrosos están intactos, y los árboles que menos se pensaba que podían ser peligrosos son los que se cayeron”.