En el complejo universo del poker, donde la psicología y la estrategia matemática convergen, existen tácticas que van más allá de simplemente tener la mejor mano.
En el ajedrez mental del póker, el "floating" es una maniobra que permite ganar botes sin tener la mejor mano. Una táctica que combina paciencia, lectura del rival y audacia estratégica.
En el complejo universo del poker, donde la psicología y la estrategia matemática convergen, existen tácticas que van más allá de simplemente tener la mejor mano.
Una de las más sutiles y potentes del juego post-flop, es decir, después de que se revelan las tres primeras cartas comunitarias, es el floating. Esta maniobra, cuando se ejecuta correctamente, permite a un jugador arrebatar un bote sin tener una mano fuerte, basándose puramente en la lectura del rival y el control de la narrativa de la partida.
El floating es una jugada defensiva que se transforma en ofensiva que puede ser bastante útil en el poker online. En su forma más básica, consiste en pagar una apuesta de continuación de un oponente en el flop con la intención de apostar y llevarse el bote en una calle posterior, generalmente en el turn (la cuarta carta comunitaria), cuando el rival muestra debilidad. Este operador de confianza te pone en bandeja la posibilidad de probar esta estrategia en un entorno que te ofrece todas las facilidades.
La apuesta de continuación es una práctica muy común en la que el jugador que fue el agresor pre-flop vuelve a apostar en el flop, sin importar si sus cartas han conectado con las comunitarias. El floating es la respuesta directa y calculada a esta tendencia.
El jugador que "flota" no paga la apuesta del flop porque tenga una mano hecha, aunque puede tener algo de potencial; lo hace con una mano relativamente débil o especulativa, con la hipótesis de que su oponente tampoco tiene una mano fuerte y que su apuesta inicial fue un farol o semi-farol. La idea es resistir la primera embestida para luego tomar la iniciativa.
El éxito del floating depende críticamente del contexto y del tipo de oponente al que nos enfrentamos. No es una jugada que deba emplearse a la ligera porque, si se hace de forma indiscriminada, puede convertirse en una masacre de fichas.
El primer requisito es estar en posición, es decir, actuar después de nuestro oponente. La posición es poder en el poker, ya que nos proporciona información valiosa sobre la acción del rival antes de que tengamos que tomar nuestra propia decisión.
Algo que también se debe tomar en cuenta es el perfil del adversario, de hecho, es el segundo factor clave. La táctica es especialmente efectiva contra jugadores agresivos y predecibles, esos que realizan apuestas de continuación con una frecuencia muy alta, y teniendo en cuenta la expansión de los casinos online, estos suelen ser los tipos jugadores más frecuentes.
Estos jugadores a menudo apuestan en el flop por sistema, y si pasan en el turn, o sea, no vuelven a apostar, es una señal muy fiable de que se han rendido con su mano. Es contra este tipo de jugador que el float brilla, ya que su patrón de juego es legible.
Por el contrario, intentar un float contra un jugador pasivo que solo apuesta cuando tiene manos muy fuertes o contra un jugador impredecible y propenso a pagar con cualquier cosa suele ser una receta para el desastre.
Finalmente, la textura del flop también influye. Los flops "secos" y desconectados, como un K-7-2 de distintos palos, son escenarios ideales para flotar. En estas mesas, es menos probable que algún jugador haya conectado una mano fuerte, lo que aumenta las posibilidades de que la apuesta de continuación del rival sea un farol.
La razón por la que el floating es tan poderoso radica en la presión que ejerce sobre el agresor original. Cuando pagamos su apuesta en el flop, introducimos una duda en su mente.
Él esperaba que nos retiráramos, pero nuestra permanencia en la mano sugiere que tenemos algo. Cuando él pasa en el turn, nos está cediendo el control de la mano. En ese momento, nuestra apuesta, el ataque planeado, pone a prueba su verdadera fuerza.
Si su apuesta de continuación en el flop fue, como sospechábamos, un farol, se encontrará en una posición muy incómoda. Pagar nuestra apuesta del turn con una mano débil sería un error costoso, por lo que la opción más lógica para él es retirarse. De esta manera, hemos utilizado su propia agresión en su contra para ganar un bote que, en condiciones normales, no nos pertenecería.
El floating es una herramienta que demuestra que en el poker no siempre gana quien tiene las mejores cartas, sino quien mejor cuenta la historia. Aunque puede ser muy efectiva, requiere observación, disciplina y coraje, y su efectividad puede hacer que sea muy tentadora, pero también tenemos que saber que puede ser un arma de doble filo.
Mal utilizada, puede llegar a costarnos muy caro, pero cuando la dominamos a la perfección, se convierte en una de las habilidades más rentables y sofisticadas en el arsenal de un jugador de poker avanzado, la cual le va a permitir navegar en las turbulentas aguas del juego infestado de tiburones y salir a flote, incluso cuando parece que no tiene nada a lo que aferrarse.