A raíz de un accidente fortuito en un colectivo del grupo 500, emergen dudas sobre las habilidades y desafíos de los conductores del transporte público mendocino.
El pasado 6 de noviembre, en Guaymallén se registró la muerte de una joven al caer de un micro de la línea 500 por culpa de una puerta abierta antes de bajar en la parada solicitada. En torno al caso existen algunas dudas sobre las habilidades y capacidades que debe afrontar un chofer del transporte público en Mendoza.
Para conocer un poco sobre este tema, y destrabar otras opiniones, Sitio Andino dialogó con la Asociación Unida de Transporte Automotor Mendoza (Autam) para conocer su función y el mejoramiento del recurso humano: los choferes.
Si bien gran parte de la formación y cuidados viales los ofrecen las respectivas empresas de transporte, este organismo brinda otras herramientas que complementan su profesionalismo: "La fundación Autam tiene una escuela de capacitación con el objetivo de brindar talleres para el personal de las empresas de transporte, después es optativo si las empresas lo toman o no", señalaron.
En este sentido, también explicaron que a estas capacitaciones/talleres asiste el personal seleccionado por las empresas que se muestran interesadas por contratarlos, además de contar con entrenamiento pre-laboral y un carnet profesional.
Con una modalidad semipresencial, es decir que existe la posibilidad de que cursen de forma virtual o presencial, cada curso al que asisten deben rendirlo y, en caso de aprobarlo, las empresas que los contratan son notificadas. Sin embargo, en cuanto a la seguridad vial, las capacitaciones quedan a cargo de la Protección Mutual de Seguros del Transporte Público de Pasajeros, que resulta ser la aseguradora de las empresas de transporte, junto con los simuladores virtuales de conducción que se encuentran alojados en un colectivo de larga distancia.
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Sin bien puede parecer menos, la alimentación y el cuidado mental son otras de sus preocupaciones. "Ahora hay un curso que empezó en la Facultad de Psicología de la Universidad de Mendoza, que es para tratar que los conductores sepan cómo manejar sus emociones, porque al chofer lo tenés manejando muchas horas, en donde lo están insultando o le están demandando muchas cosas", afirmó la organización.
En relación al anterior apartado, Autam señala que todos los talleres se vinculan con la experiencias del conductor arriba del micro, lo cual también es de importancia para las empresas contratantes. Todas las empresas tienen que cumplir normas de seguridad vial, entonces también están pensadas para que les sirvan para certificar las normas durante las auditorías que se les hacen anualmente.
A pesar de que son talleres sin obligación de asistir, porque algunas empresas prefieren mandar a dos o tres personas para no afectar el ritmo de los colectivos, desde Autam consideran que lo ideal es recibir a la mayor cantidad de choferes posible. "Lo que se busca es que la mayor cantidad de trabajadores puedan participar. Lo que ocurre es que si una empresa que tiene 100 choferes, y tiene por día tres turnos que cubrir -mañana, tarde y noche-, no puede mandar diez choferes porque le hacés un hueco impresionante en el servicio", subrayaron.
Pensado solo para un total de entre 20 y 25 personas, afirman que si bien los talleres capacitan y fortalecen algunas habilidades, dejan de ser obligatorios para no dañar el diagrama de trabajo de los recorridos: "La idea es que toda la gente esté capacitada y, de hecho, el certificar normas de calidad de las empresas los obliga a ir capacitando anualmente a todo su personal en distintas cosas, algunos en seguridad vial, otros en atención al cliente, que también es importante al momento de interactuar con los pasajeros".