El incendio de septiembre fue la gota que rebalsó el vaso
En la explanada del Municipio de la Ciudad de Mendoza, el intendente Ulpiano Suarez juró el jueves su segundo mandato al frente de la Comuna. Además de hacer un balance de gestión, fijar los ejes para los próximos cuatro años y elevar un pedido a Javier Milei, el mandatario capitalino prometió ejecutar una idea que se baraja hace tiempo: cerrar y trasladar la Playa San Agustín.
Fue uno de los compromisos que asumió el funcionario en el discurso que brindó ante la militancia y dirigencia política que lo acompañó. "Hay que dejar definitivamente atrás el capítulo de la Playa San Agustín, para que se consolide el espacio en beneficio de los vecinos y para cerrar de una vez y para siempre esa parte de nuestra historia", señaló.
No es la primera vez que Suarez se expide de esa manera respecto al predio ubicado en el conglomerado barrial La Favorita. Ya lo había hecho meses atrás, cuando se produjo (aparentemente de manera intencional) un impresionante incendio, que destruyó alrededor de 30 mil vehículos y afectó -parcial o totalmente- a 40 viviendas de los barrios aledaños.
Desde entonces ha mantenido encuentros con representantes del gobierno provincial para avanzar en los trámites burocráticos y acelerar en la erradicación del depósito de vehículos judicializados, que funciona en el lugar desde hace casi cinco décadas. El plan de la Municipalidad es implementar en la zona un proyecto de urbanización que contribuya al desarrollo habitacional del oeste de la Ciudad.
Suarez explicó que -de prosperar las acciones administrativas- el cierre de San Agustín se ejecutará paulatinamente. La primera etapa constará del traslado de todos los vehículos. El objetivo es que el destino de la nueva playa de secuestros sea fuera del Gran Mendoza (aunque en un principio se barajó la posibilidad de mudarla a la zona industrial de Las Heras).
Asimismo, se evaluará cuáles de los rodados están en condiciones de ser subastados y se avanzará en ese sentido. En tanto que está previsto un proceso de compactación de aquellos que se consideran chatarra. Incluso existen leyes nacionales y una provincial sancionada en 2021 que le otorga legalidad a la maniobra.
Una vez cumplidos esos pasos, comenzará la fase de recuperación y revalorización del espacio, a fin de remediar el impacto ambiental que ha generado la playa durante sus casi 50 años de existencia. Se construirían viviendas y espacios verdes, por lo tanto también se atacaría otro de los grandes problemas del siglo XXI, el déficit habitacional.
"Cuando esta playa se pensó hace 50 años, (su ubicación) era en las afueras de la ciudad. Pero a lo largo del tiempo, el oeste ha crecido y hay vecinos que están viviendo a escasos metros del lugar y que pusieron en riesgo su vida, su salud, sus bienes, su vivienda (durante el incendio de septiembre", analizó Suarez.
Por ello, aseguró que "eso no va a volver a suceder: vamos a trabajar con el gobierno provincial para que -de una vez y para siempre- cerremos este capítulo de la playa de San Agustín".
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