El lunes 13 de mayo de 1996, un caso escalofriante causó conmoción en la provincia de Mendoza. Este martes se cumplen 29 años de la tragedia. Se trata del asesinato a Ayrton Brian Godoy, “Yoryi”, quien tenía 3 años recién cumplidos. Sus padres denunciaron que había sido secuestrado en un supermercado, pero horas más tarde se conoció la verdad de la triste historia: el niño fue víctima de la violencia de sus progenitores, ya que el padre lo había matado a golpes y su madre fue cómplice. Un año después, fueron condenados a perpetua y luego obtuvieron el beneficio de la libertad condicional.
El pequeño era conocido como Yoryi y su casa estaba ubicada en la calle Bombal de Dorrego, Guaymallén. El niño vivía con sus padres y sus tres hermanos, pero todo comenzó con la denuncia de su desaparición en los medios de comunicación. A partir de ese momento, un gran operativo se desplegó para dar con el paradero del niño.
El niño fue víctima de la violencia de sus progenitores, ya que el padre lo había matado a golpes y su madre fue cómplice.
Sus progenitores se mostraban desesperados por su la supuesta desaparición del nene, pero su padre no pudo aguantar ese nivel de atención y decidió presentarse en una comisaría de Guaymallén para confesar el filicidio. Y allí, lo peor salió a luz: el niño de 3 años no había desaparecido, sino que había sido asesinado por su padre y enterrado en un descampado cerca de la casa familiar.
Jorge Godoy se enojó con su hijo Ayrton porque no lo saludó antes de que irse a trabajar. El hombre se volvió sobre sus pasos cuando iba saliendo y comenzó a golpearlo salvajemente. Según el expediente, Ayrton sufrió fracturas en 3 costillas, estallido del bazo y un testículo y múltiples hematomas en la nuca y mentón.
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Sus progenitores se mostraban desesperados por su la supuesta desaparición del nene.
Foto: Captura de video
El niño agonizó durante 9 horas en su cama frente a la mirada de su madre, quien no pidió ayuda, ni lo llevó a un hospital. Finalmente, el pequeño de 3 años falleció producto de la brutal paliza. Hoy, Ayrton Godoy tendría 32 años, pero sus restos permanecen sepultados en el cementerio de Guaymallén.
La confesión, el juicio y la libertad
Luego de que Jorge Godoy apareciera en la comisaría de Guaymallén, declaró que el niño no lo había saludado cuando se fue a trabajar y por ese motivo lo atacó a golpes y patadas. Pero, el caso no terminó ahí, ya que los padres del niño decidieron ocultar el asesinato y lo enterraron en descampado ubicado a 3 kilómetros de la casa familiar.
Sin embargo, con el avance de la investigación, se conoció que el padre de Yoryi envolvió el cuerpo de su hijo en una frazada, lo metió dentro de una bolsa y lo ató a la parrilla de la bicicleta que usó para llegar hasta un descampado ubicado a unos 10 kilómetros de su casa. Finalmente, lo enterró en un pozo que él mismo cavó.
Una vez que la pareja confesó el crimen, tanto Godoy como Camargo, fueron condenados a perpetua: él a reclusión (la pena más grave del Código Penal) y ella a prisión. Tras el fallo de la Justicia en julio de 1997, Graciela Camargo fue alojada en la Unidad Carcelaria de Mujeres en El Borbollón y también conoció a otro hombre, por lo que en el 2016 inició los papeles para divorciarse del papá de su hijo. En 2021, la mujer agotó su pena y es una mujer libre.
Una historia que Mendoza no olvida
El juicio por el crimen de Ayrton Brian Godoy fue uno de los debates que más convocatoria popular tuvo en el edificio de Tribunales. Además, tras el crimen, el Gobierno descubrió que esa paliza no fue la única que Yoryi recibió en su corta vida. “Su padre lo llevaba a diferentes centros de salud para que nadie sospechara lo que el pequeño sufría en su casa”, explicó en aquel entonces Beatriz Varela, la ex legisladora radical que falleció en octubre del 2023.
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Hoy, Ayrton Godoy tendría 32 años, pero sus restos permanecen sepultados en el cementerio de Guaymallén.
Foto: Municipalidad de Guaymallén
En la actualidad, miles de casos sobre violencia a menores aparecen en los medios de comunicación. Sin embargo, el asesinato de Yoryi fue escalofriante y causó conmoción en la sociedad entera. El niño será recordado por su camisa blanca y cortaba oscura, tal como aparecía en la foto que fue difundida en aquel entonces para dar a conocer su caso.
Hoy, Ayrton tendría 32 años, sin embargo, a su corta edad fue víctima del desamor que recibió por parte de sus progenitores. Su foto, los juguetes desordenados, las descoloridas fotos y cartas descansan junto a sus restos en el cementerio de Guaymallén. Los vecinos todavía se acercan al lugar para mantener viva la memoria de un pequeño niño.
