Un pequeño ha sido abandonado por su aspecto deforme en la bella Catedral de Notre Dame donde el Archiácono de París lo ha recibido y lo ha condenado a vivir en el campanario del lugar sagrado para que su físico vergonzante no se enfrente a los ojos de una sociedad que lo despreciaría. Todos le conocen como Quasimodo o el bicho. Su cuerpo se ha convertido en su prisión, la condena de un corazón noble y tierno que busca la aceptación.
|
"El jorobado de París", lleva 20 años de su primer estreno. El musical, es el segundo más exitoso de la dupla Cibrián-Mahler. |
En la misma ciudad, otra niña también ha sido despojada de su madre. Ha crecido entra gitanos y ella, la flor más bella, encanta con su sensualidad a todo aquel que la mire. La joven se convertirá en el objeto de amor o deseo de cuatro hombres. Uno de ellos Quasimodo, quien sabiendo que jamás será mirado por ella con la atracción que se tienen las parejas, se jugará el papel de su guardián. Arriesgando en ello hasta su propia vida. La contracara será el cura Claudio Frolo, quien pondrá en Esmeralda el peso de un hechizo pasional que lo lleva a cometer cualquier atrocidad.
Veinte años cumplió la versión musical para teatro que hizo de esta historia el talentoso Pepe Cibrián junto a Ángel Mahler y como parte del festejo y de su nuevo estreno, la pieza comenzó a girar por el interior del país. El domingo El jorobado de París se puso en escena en el Teatro Independencia y la función recibió una ovación por parte del público mendocino que se emocionó con la propuesta.
|
|
La obra resulta atrapante de principio a fin. Transita por momentos de intenso y oscuro dramatismo y también, por situaciones jocosas y de entrañable ternura y compasión. Cada personaje es fundamental para que se desarrolle la trama y eso despierta una constante expectativa por lo que vendrá a continuación.
En Mendoza el elenco estuvo protagonizado por Miguel Gomez Vicari en el papel de Quasimodo con una inolvidable interpretación actoral y vocal, Luis Blanco en el rol de Frolo, Georgina Reynaldi como Esmeralda, Cintia Arevalo como La Paquette, Maurio Murcia como el poeta Pierre, Nicolás Bertolotto en Filipón, Manuela Perin como Magot, Ramiro Moreno fue Febo, Gastón Avendaño como Truhán y Verónica Pacenza como una de las mujeres integrantes de la simpática Corte de los milagros.
|
|
Como es una constante en las obras de Cibrián, el uso de la puesta de luces también se convirtió en protagonista para generar climas y hasta por instantes convertirse en una representación metafórica de una persona evocada. También aquí fue notable el vestuario de época, cuidado y cambiante. Por otra parte, la escenografía acompañó sin estridencias, pero sin necesitar más.
Lo necesariamente destacable en El jorobado, son las canciones que atrapan y movilizan con su poesía. Ellas transportan el mensaje de la obra que gira en torno a que la verdadera belleza del hombre no se encuentra en lo físico. ¿Quién es el feo, quién es el bello aquí?, canta Quasimodo al principio de la puesta mostrando que es nuestro corazón y las acciones lo que en realidad nos definen. Más adelante se lamentará: No pueden ver que yo bello soy. Porque un árbol no puede sus frutos dar. A él será la muerte la que libere por fin su espíritu del aspecto que lo marginó. Para otros será su condena. En todo caso, el tema de la obra es atemporal y logra la identificación porque el prejuicio y lo superficial parece gobernar a la condición humana. La dupla Cibrián-Mahler lo aborda con una sensibilidad que llega a movilizar.
video