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Emocionada, Gisela comenzó diciendo "en mi caso debo comentar que tengo otro hijo que nació prematuro y que ya tiene cuatro años, lo cual me ha mantenido alerta, por lo cual cuando empecé con contracciones el doctor Espinelli de Malargüe de inmediato me derivó a la ciudad de Mendoza, al Hospital Misericordia, donde durante una semana me mantuvieron con constantes controles, hasta que cuando se altera la ecodoppler deciden que es el momento de que debe nacer con 29 semanas y un kilo treinta".
"Luego, siguió relatando, el proceso es terrible, porque más allá que ahora mi bebé está bien, cada momento de vida, cada día era un milagro, porque en esos momento tuvo dos neuma tórax, un derrame cerebral de grado tres, por lo cual tuvieron que colocarle una válvula".
Gisela agregó que "fueron días duros, pero afortunadamente pasaron y todas las cosas salieron bien, entre tantas cosas por la tecnología existente, los médicos y el amor, ya que el Hospital Misericordia tiene un programa llamado mamá canguro, donde durante todo el día podía tener a mi bebé abrazado, algo que está comprobado que ayuda y mucho ya que el vinculo perdido con la mamá se pudo recuperar".