Cuando se dudaba si el Frente para la Victoria conseguiría los 129 diputados que como mínimo son necesarios para dar quórum y comenzar una sesión, el kirchnerismo contó con un sorpresivo aliado: el correntino Rodolfo Fernández bajó al recinto y, en soledad, se sentó en su banca. Los asientos vacíos de sus compañeros de la UCR hicieron más elocuente el gesto: fue el único radical que ayudó a que el oficialismo juntara 133 legisladores para debatir el Presupuesto.