La cadena de cafeterías Starbucks solicitó a sus clientes que no ingresen armados a sus locales
"Las armas de fuego y el capuchino no se mezclan", aseguró el director ejecutivo de la empresa después de la masacre de Washington. Evitó pronunciarse contra la restricción de las armas de fuego.
La cadena de cafeterías Starbucks solicitó a sus clientes que no ingresen armados a sus locales, dos días después de que se reabriera el debate sobre la libre portación a raíz de que un hombre abrió fuego en un cuartel de la Marina en Washington y mató a doce personas.
"Las armas de fuego y el capuchino no se mezclan", sostuvo el director ejecutivo de Starbucks, Howard Schultz quien precisó que no están "ni a favor, ni en contra de las armas" y que la cadena no quiere formar parte del creciente debate sobre el lugar de las armas de fuego en la sociedad estadounidense.
En una entrevista con Bloomberg Businessweek, Schultz realizó el anuncio luego de que algunos senadores demócratas renovaron su voto a favor de una ley que promueva controles más estrictos en la venta de armas.
Schultz publicó hoy una carta abierta en la que explica que en varias oportunidades los activistas pro armas utilizaron los locales de Starbucks como plataforma política para realizar sus actos engañosamente" llamados `Starbucks Appreciation Days` (Día de reconocimiento a Starbucks) que retratan "falsamente" a la cadena como la bandera de la causa.
"Para ser claro: No queremos estos eventos en nuestras tiendas", afirmó Schultz y explicó que activistas anti-armas se quejaron y pidieron que enfrenten a los clientes que ingresan armados a los locales.
Por ese motivo, la cadena estadounidense pidió "respetuosamente" a sus clientes que no lleven armas de fuego a las tiendas ni las dejen a la vista en las mesas, incluso en los estados donde la portación está permitida, a menos que se trate de agentes de las fuerzas del orden.
Desde 2010, en California, los portadores de armas realizan actos en Starbucks en los que cientos de personas se reúnen con sus armas a la vista para promover su portación, práctica que en la mayoría de los estados es legal.
Esta situación tuvo un punto de inflexión en agosto en Newtown, Connecticut, donde en diciembre de 2012 hubo una masacre en una escuela primaria en la que 28 personas murieron, 20 de ellos niños.
Algunos residentes de la ciudad estaban tan molestos por la perspectiva de una manifestación pro armas que la compañía decidió cerrar más temprano su local de Newtown para evitar el conflicto.
Starbucks afirmó que la decisión la tomó antes del tiroteo en el edificio de la Marina en Washington y que no van a prohibir las armas de fuego por completo.
"Sería poner a los empleados en una posición muy incómoda de enfrentar a alguien con un arma", explicó Schultz quien agregó que el debate está cada vez mas "incivilizado" y que en algunos casos incluso "hay amenazas".
"Queremos dar a los propietarios de armas responsables la oportunidad de respetar nuestra petición", solicitó.
Pedido de Obama
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, renovó ayer el llamado a un control más estricto para compradores de armas.
"El hecho de que no tenemos un sistema de verificación de antecedentes lo suficientemente fuerte, es algo que nos hace más vulnerables a este tipo de tiroteos masivos", aseguró Obama en una entrevista con la emisora Telemundo.
Obama intenta, desde hace tiempo, dar "una vuelta de tuerca" a la ley que regula la adquisición y la portación de armas en todo Estados Unidos, en particular luego de la tragedia en la escuela Sandy Hook.
Sin embargo, hasta el momento se encontró con un frente político contrario a su idea encabezado, fundamentalmente, por la poderosa Asociación del Rifle.