El poder ingresó prematuramente en un estado de transición después de las primarias y frente a esa neblina política los gobernadores kirchneristas buscan asumir un protagonismo que no tuvieron en los últimos diez años.
El poder ingresó prematuramente en un estado de transición después de las primarias y frente a esa neblina política los gobernadores kirchneristas buscan asumir un protagonismo que no tuvieron en los últimos diez años.
Incluso, el plan de Scioli consiste en seducir a aquellos dirigentes que quedaron alejados del círculo federal de poder por diferencias con la Casa Rosada como el gobernador cordobés José Manuel de la Sota o el exgobernador chubutense Mario Das Neves.
Con ambos, mantuvo reuniones este mismo año cuando el kirchnerismo parecía querer desplazarlo de sus filas y mantiene relaciones cordiales.
Un dato lo alentó en los últimos días. De la Sota tomó distancia de Sergio Massa luego de que el intendente desembarcara en Córdoba y se mostrara junto al intendente radical Ramón Mestre.
Sin embargo, el plan del bonaerense tendrá los escollos naturales de un espacio en el que la puja de poder es su deporte preferido. El salteño Juan Manuel Urtubey, el entrerriano Sergio Urribarri y el chaqueño Jorge Capitanich son tres gobernadores que buscan salir airosos de las elecciones legislativas, ya manifestaron ambiciones presidenciales, y pujan por evitar que el PJ sea una plataforma sciolista.
Ese afán de compartir protagonismo se notó en Corrientes. Ahora Scioli anunció que convocará al Consejo Nacional del PJ en Buenos Aires, pero esa reunión aun no tiene fecha.
"La idea es que todos se mantengan alineados y que cuando se acerque 2015 quienes tengan ambiciones disputen una primaria como dijo Scioli, pero no queremos que la elección presidencial quede signada por una pelea bonaerense", aseguraron cerca de Urtubey.
En ese contexto, todavía es incierto saber qué capacidad de influencia sobre el electorado tendrá Cristina Kirchner a la hora de bendecir a un delfín. Mucho menos si tendrá uno.
Las últimas encuestas no son alentadoras para el oficialismo de cara al 27 de octubre. Las diferencias en los principales centros urbanos podrían ampliarse en favor de los candidatos de la oposición.
"Tenemos varias encuestas. La peor para nosotros nos da una diferencia de 10 puntos sobre (Martín) Insaurralde", celebró un hombre de Sergio Massa encargado de revisar las planillas.
El desafío para el tigrense será luego de octubre. De no haber un traspié en el último tramo de campaña, es posible que termine consolidando un triunfo en la estratégica Buenos Aires.
Si bien esa victoria servirá como campo magnético de dirigentes en todo el país, luego deberá decidir si va a jugar dentro del PJ o seguirá construyendo su Frente Renovador.
Esa construcción se superpondría con la que también viene pariendo el PRO de Mauricio Macri. ¿Serán complementarias?
El jefe de Gobierno porteño salió a tomar distancia de Massa en las últimas semanas por consejo de su asesor, Jaime Durán Barba. Es casi obvio, Macri está embarcado en su proyecto presidencial para 2015, y se dio cuenta de que el crecimiento del líder renovador podría opacarlo.
Por lo pronto, el PJ tiene previsto renovar autoridades nacionales y provinciales el 15 de diciembre. A juzgar por los antecedentes nadie puede dar por seguro que esos comicios internos se lleven a cabo, pese a que están convocados.
Pero un ejemplo de la dicotomía que enfrenta Massa es la postura de su aliado Jesús Cariglino. Esta semana en una entrevista radial, el alcalde de Malvinas Argentinas ratificó su intención de presentarse a esas elecciones para presidir el PJ bonaerense. Dijo que lo hará más allá de lo que decida Massa de jugar por adentro o seguir por afuera del partido. Fuente NA