Vitivinicultura

¿China puede ser la próxima potencia mundial en producción de vinos?

Aunque el mercado está inundado de vinos que podrían rivalizar con un jarabe para la tos, cada vez más caldos chinos están ganando alabanzas a nivel internacional.

Por Sección Economía

Cuando la Unión Europea aumentó las tarifas a los paneles solares a principios de año, China dijo que investigaría las quejas de los productores de vino locales sobre "dumping" del vino europeo en el mercado chino.

Para muchos, esa queja era noticia ya que simplemente no sabían que China producía vino. Pero lo hace y tiene caldos de muy diferentes calidades, advierte un informa de la BBC Mundo.

"Es como el jarabe para la tos". "Asqueroso". "Cubre los dientes". Hace 15 años, un grupo de expatriados de Pekín hizo una cata de una selección de vinos de China, California y Francia. "Los chinos no pueden ser tan malos, ¿verdad?", se preguntaron entre sí.

La respuesta fue un unánime "sí". El grupo calificó a los vinos chinos como los peores. Los precios eran de lejos los más bajos también, evidentemente.



Pero las cosas han cambiado. Aunque el mercado chino está inundado de vinos que podrían rivalizar con un jarabe para la tos de los 90, cada vez más caldos chinos están ganando alabanzas a nivel internacional.

Jia Bei Lan, una diminuta bodega de la provincia de Ningxia, en el norte de China, es célebre por haber superado a sus rivales franceses en 2011 y consiguió una medalla de oro por un Gran Reserva de 2009 al estilo de los vinos de Burdeos.

En aquel momento, los escépticos difundieron el rumor de que Jia Bei Lan había presentado al concurso vinos de otras bodegas. Sin embargo, sus aficionados siguen creciendo. El año pasado, la renombrada crítica Jancis Robinson señaló al Gran Reserva de 2009 como uno de los dos vinos "más prometedores" que había probado en un viaje por la región.

Mayor demanda
Los aspirantes chinos a viticultores también pueden mirar el caso de una pequeña bodega en la provincia central de Shaanxi para buscar la inspiración. En un rincón de China más conocido por su producción de carbón, los Viñedos Grace producen una variedad de vinos que han cosechado premios internacionales y han atraído la atención internacional.

La dueña de Grace, Judy Leissner, le tomó el relevo a su padre en el negocio hace diez años cuando sólo tenía 24. Ella es china pero se casó con un alemán y adoptó su apellido.

Judy Leissner, está al frente de Grace, una bodega china con premios
internacionales por la calidad de sus vinos.

Desde la sede del negocio en Hong Kong viaja regularmente a revisar sus viñedos que producen una amplia gama de uva: desde Merlot a Shira, Chardonnay o Riesling.

Pero las cosas no empezaron bien para la joven emprendedora. Aunque empleó a un viticultor francés para que le ayudara con las primeras cosechas, sabían tan mal que sus intentos de venderlos fueron "horribles, si no un desastre", recuerda.

"Teníamos millones de botellas pero sólo vendimos 20.000. Y de ellas, la mitad las regalamos. Ahora tiene el problema contrario. Las dos millones de botellas anuales que produce se le han agotado desde 2008. Durante años, estás suplicando a la gente para que compre tu vino. Te acostumbras tanto a ir detrás de la gente y luego, de repente, te dicen, "No tienes que suplicar más. Están agotadas", admite Leissner.

Pero no esperen ver botellas de alta calidad de vino chino en las estanterías de los supermercados en el futuro próximo. China tiene una carencia en la calidad de las uvas, explica Jim Boyce, un aficionado al vino residente en Pekín y autor de un blog sobre vino chino.

Y eso significa que muchos vinos chinos tienen uvas de menor calidad que no son lo suficientemente dulces para producir sabores interesantes.

"La mayoría del vino que se produce aquí es muy suave, seco y ácido", explica Jim. "Así que simplemente todavía no es de muy buena calidad".

Por su parte, Fongyee Walker, una británica que dirige una escuela de cata de vinos en Pekín culpa a la geografía China de la falta de buenas uvas.

"La mayoría de la gente asume que China es tan grande que debe haber un lugar donde se puedan cultivar uvas, pero no es verdad", lamenta.

Las zonas que son lo suficientemente secas para poder cultivar uvas sin sucumbir al moho o las enfermedades son extremadamente frías en invierno, explica Walker. Eso, señala, obliga a los agricultores a enterrar las vides para protegerlas de las temperaturas punzantes. Ese proceso hace que los vinos sean más caros y reduce la vida de las plantas.

Los vinos chinos que se venden fuera de China serán una "rareza sensacional", explica Walker. Pero, a su juicio, China nunca será capaz de producir vino de calidad a escala global.

Amor por el vino
Sin embargo, otros son más optimistas. Los tres principales viñedos chinos: Great Wall, Dynasty y Changyu, poseen la mitad del mercado doméstico del vino del país. Y el bloguero Jim Boyce cree que la inevitable competencia entre los tres ayudará a mejorar la calidad.

"Tradicionalmente, las bodegas chinas han hecho hincapié en poner etiquetas bonitas y grandes anuncios para vender sus vinos y todo eso funciona", explica Boyce. "Pero llega un momento en el que lo que se juzga es la calidad y son superados por vinos baratos italianos, españoles o chilenos que entran en el mercado y los empujan a mejorar".



Algunas marcas de lujo también están apostando millones convencidas de que es posible producir vino de alta calidad en suelo chino.

Por ejemplo, Domaines Barons de Rothschild, los dueños de la prestigiosa bodega francesa Chateau Lafite e inversores en Mendoza en el proyecto Clos de los 7 en Valle de Uco, bajo la dirección de Michael Rolland, entraron a formar parte de la corporación china CITIC para crear viñedos en la provincia de Yunnan, en el sur de China. Sin embargo, aún no han anunciado qué tipo de vino quieren producir.

Por su parte, Moet Hennessy, la línea de vinos y licores del gigante de lujo francés LVMH y dueños en Argentina de Chandon, también quiere entrar al juego. El grupo ha apostado por la región norteña de Ningxia donde se ha hecho con tierras con la esperanza de producir los primeros vinos chinos con métodos franceses.

Y para los cada vez más sofisticados aficionados al vino chinos, estos avances no se producirán lo suficientemente pronto. Fongyee Walker está sorprendida por el creciente número de personas que se apuntan a sus clases avanzadas de cata de vinos simplemente por el amor a los caldos rojos, blancos y espumosos.

La mayoría de la gente, reconoce, todavía elige los vinos franceses cuando quiere algo especial. Los vinos de Burdeos son, sin ninguna duda, los que están más a la moda entre la élite china.

Pero finalmente los entusiastas del vino chino podrían acabar convencidos de abrir una botella de un lugar mucho más cercano.

Ya hay algunos vinos chinos que se pueden comparar con los europeos, australianos o estadounidenses y, si los optimistas están en lo cierto, los días del "jarabe para la tos" han pasado a la historia.

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