Mendoza se ha caracterizado por su abundante forestación, algo que sorprende a los visitantes cuando se enteran de que originariamente era una zona desértica. Modestia aparte, orgullo de todos los habitantes de la tierra del sol y del buen vino por el oasis que lograron los pioneros, siguiendo la obra Huarpe y en convertirse en grandes ingenieros hídricos por naturaleza.
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En diálogo con María Cecilia Domizio, comentó que "la abundancia de moreras y fresnos tiene ventajas y desventajas para la sociedad mendocina, porque se adaptan bien al clima local y al medio urbano pero son susceptibles a enfermarse. Más aún cuando se les aplican podas severas, lo que trae el inconveniente de realizar tratamientos fitosanitarios costosos y que pueden ser perjudiciales a la salud humana".
Además, la especialista indicó que en cambio, los plátanos son resistentes a las podas severas, lo que, junto con su buena adaptación al lugar, permite considerarlo como una especie más adecuada para la ciudad.
Por eso, en realidad no existe una especie arbórea ideal para ambientes urbanos, sino que se debe evaluar sus rasgos biológicos para ver si son compatibles o no con el sitio de destino y en qué grado se da esa compatibilidad.
Por otro lado, las elevadas temperaturas estivales, el frío no tan riguroso de invierno y los numerosos días de sol a lo largo del año convierten a Mendoza en un adecuado medio para la plantación de árboles exóticos (ya que el medio natural no cuenta con especies arbóreas nativas, salvo el algarrobo), siempre que esté acompañado de riego artificial, debido a la aridez del clima.
Por eso, existen numerosas especies de árboles para seleccionar: tipa, plátano, paraíso, jacarandá, aguaribay, acacia visco. Pero estos deben estudiarse según las condiciones ambientales y la función urbana. No es lo mismo un sector netamente residencial de otro comercial porque la dinámica de la población es diferente, inclusive la fisonomía de edificios o de publicidades existentes.
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Por último, la especialista consideró que la poda es una lesión, porque ningún corte es bueno para el árbol, ya que implica el ingreso de agentes patógenos que pueden perjudicar su salud. No obstante, en ciudad y más aún en la calle, el árbol no puede adquirir su forma natural porque ocasionaría numerosas molestias a los habitantes.
El problema radica en que se realiza un abuso de esta práctica (tanto en cantidad de ramas afectadas como en el modo de realizar los cortes), muchas veces sin motivos aparentes. Esto ocasiona un rápido envejecimiento de los árboles, que, aunque siguen produciendo hojas, poseen grandes cavidades y pudriciones internas, así como plagas y enfermedades; lo que los vuelve frágiles y susceptibles de caer ante vientos o temblores. Es decir, se convierten en un peligro para la población. De allí, la necesidad de ejecutar podas planificadas, según la especie, la edad y el estado fitosanitario del árbol.
Por su parte, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable realizó una importante reunión con representantes de los municipios del área metropolitana para consolidar el Plan Provincial de Forestación. El mismo contaría con la participación de la UNCuyo, el IADIZA y el INTA, para capacitar sobre las especies que se adaptan a cada región teniendo en cuenta que sean de bajo requerimiento hídrico, analizar la capacidad, el funcionamiento y el estado de cada vivero y las áreas que necesitan forestales.
El Plan Provincial de Forestación iniciado por el actual gobierno provincial pretende rescatar la imagen del árbol tanto como patrimonio cultural como aliado indispensable del progreso. El éxito de este plan, que debe sostenerse en el tiempo, depende en gran medida del compromiso del Gobierno y de la Ciudadanía. Por lo que en este año se firmaron convenios de asistencia recíproca y colaboración con los municipios que permitieron implementar el Plan y plantar los 100 mil forestales.
*Por Andrea Casado Gajdosech