La familia de la empleada doméstica pide que se agrave la imputación del único detenido
El abogado que los representa pedirá que incluya los agravantes de "alevosía" y "ensañamiento" para el sospechoso, pareja de la víctima. Hasta ahora está acusado de "homicidio calificado".
La familia de Susana Leiva, asesinada la semana pasada y encontrada en un pozo ciego en su casa de la localidad bonaerense de Temperley, pedirá este viernes a la Justicia que agrave la imputación del concubino de la víctima, único detenido por el crimen.
Jorge Monastersky, abogado de Angelina Leiva, hermana de la fallecida, informó que solicitará al fiscal Héctor Toneguzzo que le agregue a la acusación de Alberto Ponce (40) los agravantes de "alevosía", "ensañamiento" y "violencia de género".
En tanto, mañana a las 11, el hijo mayor de Leiva será entrevistado por peritos psicólogos que determinarán si está apto para declarar a través del método de la Cámara Gesell.
Es que para la familia de la víctima, el niño pudo haber sido testigo presencial del crimen y no descarta que haya sido abusado por Ponce.
Hasta el momento, Ponce está imputado de "homicidio calificado" por la convivencia que mantenía con Leiva (inciso 1° del artículo 80), pero Monastersky pedirá que se amplíe la acusación con los agravantes contemplados en los incisos 2°, 4° y 11°.
En cuanto al ensañamiento, el letrado considera que el asesino aumentó "deliberadamente el daño causado a la víctima" a partir de las lesiones que ésta presentaba.
Según la autopsia, Leiva (37) sufrió "escoriaciones y esquimosis en diferentes partes del cuerpo; lesiones redondeadas con características de haber sido producidas con calor (cigarrillo); varias heridas cortantes; signos de compresión del cuello (estrangulación); lesiones en el rostro; y heridas de arma blanca en el abdomen producidas en vida de la víctima".
Respecto de la alevosía, es decir, que la víctima se encontraba en un estado de indefensión, para Monastersky, "dicha afirmación no es antojadiza ni caprichosa sino que es consecuencia de la interpretación razonada del informe de autopsia".
De acuerdo al letrado, los forenses expresaron que "la compresión extrínseca del cuello y las heridas de arma blanca, han sido mecanismos coadyuvantes en el mecanismo que llevó a la muerte a la víctima, ya que la compresión produjo asfixia mecánica con anoxia cerebral y las heridas de arma blanca un shock hipovolémico o lipotimia que pudo determinar una disminución en la capacidad defensiva de la víctima".
"Del estudio pormenorizado de las piezas incorporadas en autos, esta parte considera que el imputado Ponce tuvo como principal móvil para causarle la muerte a la víctima, su condición de género y de mujer, existiendo situaciones previas de violencia", agregó el letrado en su escrito que presentará mañana.
Y en ese sentido, se basó en los dichos como testigo de Angelina y del propio Ponce quien se ha "referido a los ´celos´ que padecía con motivo de la relación existente con la víctima".
"Así, el imputado afirma que tenía sospecha de que la víctima tenía una relación paralela con otro hombre, sospecha que poseía desde hacía un par de meses", indica el escrito.
Mientras que la hermana de Leiva afirmó que "la víctima le había confesado que la relación con el imputado no era llevadera a causa de los celos transmitidos por el mismo".
"Expresó también que la víctima le había comentado múltiples reclamos por parte del imputado con motivo de sus celos, como así también peleas y agresiones verbales, concordantemente con la descripción de una personalidad agresiva y posesiva que la declarante refiere sobre el imputado", añadió el letrado.
El hecho comenzó a investigarse el sábado 20 de julio, cuando Ponce denunció ante la Policía la desaparición de su concubina de su casa situada en Blanco Encalada 245, de Temperley, donde la pareja vivía junto al bebe de ambos de 18 meses y al hijo de ella, producto de una relación anterior.
A partir de entonces, comenzó la búsqueda de Leiva, que trabajaba como empleada doméstica en una casa de la Capital Federal, aunque su familia sospechó desde el inicio que la desaparición podía relacionarse con su situación sentimental.
Cuando la policía allanó la casa de la pareja, mediante perros adiestrados encontró el cadáver de la mujer en el pozo ciego.
Al momento del hallazgo, Ponce -quien trabajaba como portero de edificio- no se hallaba en la vivienda, por lo que comenzó a ser buscado por los investigadores, hasta que a la tarde fue apresado en el barrio porteño de Constitución con una pequeña cantidad de cocaína y 4.000 pesos en efectivo en su poder.
Tras ser detenido, el sospechoso se habría autoincriminado ante la Policía pero cuando fue indagado por el fiscal Toneguzzo se negó a declarar.
Por su parte, los familiares de Leiva fueron recibidos ayer por el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, quien les prometió apoyo legal y psicológico, se informó oficialmente.