"Milagrosamente estoy viva", repite una y otra vez Carolina Balbuena. Es argentina, tiene 41 años, hace diez que vive en España y hace cuatro que le diagnosticaron cáncer. Una fuerte recaída la tuvo "entre la vida y la muerte". Perdió capacidades del habla, de la visión y de motricidad. Sin embargo, esa cuesta abajo tuvo un quiebre y se transformó en cuesta arriba en cuestión de días. En realidad, en un solo día, según ella misma remarca: el miércoles 10 de abril de 2013, cuando viajó al Vaticano y recibió la bendición del papa Francisco.