En la Misa del Gallo, el papa Benedicto XVI condenó el uso de la violencia en nombre de Dios y pidió que en lugar de armamento para las guerras lleguen ayudas para los que sufren.
Ante una multitud que se reunió en la basílica de San Pedro del Vaticano, el pontífice señaló que "donde no se da gloria a Dios, donde se le olvida o incluso se le niega, tampoco hay paz".
Y agregó: Hoy en día hay corrientes de pensamiento que sostienen lo contrario, que la religión, en particular el monoteísmo, sería la causa de la violencia y de las guerras en el mundo y que sería preciso liberar antes a la humanidad de la religión para que se estableciera después la paz.
Benedicto XVI afirmó que cuando la luz de Dios se apaga, el hombre ya no actúa como hermano, aparece la violencia arrogante y el hombre desprecia y aplasta al hombre, como lo hemos visto en toda su crueldad el siglo pasado".
Luego, destacó que "sólo cuando la luz de Dios brilla sobre el hombre y en el hombre, sólo cuando cada hombre es querido, conocido y amado por Dios, sólo entonces, por miserable que sea su situación, su dignidad es inviolable".
Asimismo, subrayó que Dios es la paz del hombre y le imploró que cambien "las espadas por arados, que en lugar de armamento para la guerra lleguen ayudas para los que sufren".
"Ilumina a la personas que se creen en el deber aplicar la violencia en tu nombre, para que aprendan a comprender lo absurdo de la violencia y a reconocer tu verdadero rostro. Ayúdanos a ser hombres conformes a tu imagen y, así, hombres de paz", manifestó.