Entrevista

La historia de la mendocina que recorrerá los 5 continentes en longboard por una noble causa

Por: Florencia Rodriguez, @flor_rodz

"Hay que pensar que solamente tenemos una vida y que si no la vivimos al 100% es como... comer lo mismo todos los días, con el mismo sabor, una vida vacía". La frase pertenece a una mendocina que a los 18 años salió a perseguir su sueño y convirtió sus días en aventuras excepcionales. Ha visitado varias ciudades del mundo, ha aprendido idiomas y también sobre diversas culturas e idiosincrasias.

Lleva años viviendo a su manera, cumpliendo esas metas que la ponen de pie cada mañana: recorrer el mundo, probar nuevos sabores, aprender idiomas y ponerse a prueba frente a distintas adversidades "porque no todo es color de rosa". Todo, para abastecerse de las herramientas que la forjaron y que hoy tiene para poder lidiar con cualquier eventualidad. Ahora, juntará a todas sus pasiones en un proyecto único que a su vez es noble, solidario y que ella misma ideó y que arranca este 17 de abril: recorrerá 5 países, en 5 continentes en un longboard eléctrico para ayudar a una ONG de África. Toda la travesía quedará registrada en su canal de YouTube y redes sociales (Alinfinito). Esta es la historia de Evangelina González.

  • Empezaste a viajar desde muy chica, ¿qué te motivó a tomar la decisión? Eras joven, ¿tuviste algún reparo de algún ser querido que te hizo "pensarla un poco más"?

Sí, era muy joven cuando arranqué. Ahora, es como que siento miedo por esa Eva tan chiquita. Conociendo todo lo que conozco, digo: ‘¡Madre mía!'. Sinceramente, me daría mucha fiaca volver a hacer todo lo que hice porque tuve que pasar por un montón de situaciones para llegar hasta dónde estoy ahora y siento que esa Eva de 18 años no tenía las herramientas para atravesar tantas vicisitudes, no tenía nada y se largó igual (estoy muy agradecida con ella por eso) pero no sé, por ejemplo, yo hacía malabares en la calle para juntar plata, creo que me daría mucha fiaca empezar nuevamente desde el primer escalón aunque estoy agradecida por haberlo hecho.

Creo que lo que me motivó fue haber tenido sólo la experiencia de haber vivido en el campo. Esto de tener tanta hambre de mundo y ver que no lo iba a poder lograr o que no iba a poder experimentar todo lo que mi alma o mis inquietudes deseaban. Las opciones eran: quedarme en Mendoza, en la finca de mis viejos y estudiar alguna carrera. También tuve la idea o ilusión de estudiar en la Fuerza Armada para poder viajar en la Fragata Libertad. Quiero decir, mi único plan siempre fue viajar, a tal punto de llegar a pensar en entrar en la Marina cuando mi personalidad realmente no encaja, no va por ahí. Mi objetivo era viajar, no sabía cómo así que simplemente decidí hacerlo sin hacerme pasar por algo que no quería como estar en las Fuerzas Armadas.

Seguramente había parientes, amigos, amigas que quizás me decían que no estaba bueno lo que iba a hacer pero yo era bastante rebelde así que no les hice caso, gracias a Dios.

  • Aprendiste muchas cosas durante tus viajes, ¿qué es lo más valoras de esas experiencias? ¿cuál fue ese lugar en el que dejaste una parte del corazón o que se sintió como un segundo hogar?

Lo que más valoro, en primer lugar, es haber aprendido idiomas y poder comunicarme con otras personas. Eso me lleva a lo segundo: la cancelación de todos los prejuicios que tenía incorporados sólo por el hecho de haber nacido en donde nací, con la cultura y religión con las que me crié y abrirme, ver cómo piensan otras personas, cómo funciona el mundo desde una perspectiva más holística, qué se siente conocer y vivir en diferentes lugares.

Cada país en el que viví me regaló una perspectiva más amplia de lo que pasa en el mundo y eso está muy bueno porque ahora siento que ante cada situación, no tengo una visión tan polarizada. Dejé esa actitud de ‘esto es blanco o negro'. Aprendí sobre el racismo, por ejemplo, cómo se vive siendo latino/a en Europa, cómo es ser argentina en un país musulmán. No puedo explicarlo, lo que he aprendido se basa en las experiencias que he vivido y de ahí la perspectiva que tengo y cada vez se abre más. Si comparo a la Eva que viajaba por Indonesia en la pandemia con la que soy hoy, pienso: ‘Claro, esto tenía que pasar para convertirme en esta persona en este momento".

Un lugar en el que dejé parte de mi corazón... fue en una isla que se llama Bonaire, le pertenece a Holanda. También, cada vez que me voy de Alemania, mi base, dejo un poco mi corazoncito acá por eso siempre regreso a este país.

  • Si tuvieras que mencionar una o dos de tus experiencias, ¿cuáles serían las más inolvidables y por qué?

Pescar salmones en Alaska en un barco pesquero fue una experiencia inolvidable pero muy dura. Trabajar durante 21 horas por día, cuatro días a la semana, en un barco sin ducha y... es un trabajo re pasado, con las medusas cayéndote en la cara aunque ahora lo cuente riéndome. A la gente que escucha esa historia le gusta mucho por las cosas locas que pasaron en ese viaje, está bueno relatarla pero mi experiencia favorita fue bucear en Maldivas, me hizo la persona que soy hoy porque toda historia tiene sus cosas hermosas y también las cosas que salieron mal. También diría que vivir en Alemania e integrarme en una cultura tan diferente a la mía y aprender el idioma es una experiencia que elijo, que me gusta contar.

  • ¿Qué fue lo más difícil o el momento más duro que viviste y qué te dejó esa experiencia? ¿Alguna vez sentiste ganas de regresar o de instalarte en un lugar fijo un tiempo o es algo que no está en planes? 

Siempre, lo más difícil es visitar a mis viejos y volver a marcharme. Es duro estar con mi familia y saber que mi vida no está en Mendoza y tener que irme de vuelta. Este año me costó más, fui en febrero y tardé como tres semanas en volver a entender que esa no es mi vida y que hace mucho tiempo yo tomé una decisión y la sigo eligiendo. Otra situación dura o la más peligrosa que viví fue en Francia, en el 2016, que intentaron robarme y otras cosas más, una experiencia que recién hace poco pude contar.

En cuanto a si pienso instalarme en algún lugar, cuando empezó la pandemia me quedé encerrada en una isla, no podía volver a mi casa en Alemania, tampoco volver a la Argentina. Llevaba mucho tiempo viajando así que luego, decidí quedarme en Alemania y estoy aquí. Voy a seguir viajando pero con base acá, con mi casita, con mis amigos, con un trabajo fijo acá por si ya no quiero seguir trabajando por temporadas en buceo, marketing, hoteles, etc. Intento hacer varias cosas para pagar mis gastos. No creo que deje de viajar igual, pero es cansador también por eso decidí instalarme un tiempo en este país.

  • Nuevo proyecto en marcha: 5 países, 5 continentes, ¿cómo nació esta propuesta y cuáles fueron los motivos que te llevaron a aceptar el desafío?

Yo creé este proyecto. Amo los longboards eléctricos, me compré uno hace 3 años y lo usé para todo, incluso, crucé Luxemburgo en uno de esos y ahí empieza a desarrollarse esta idea. El año pasado me contactó una marca que se llama BeWatt, (uno de los sponsor de esta aventura). En ese momento, me invitaron a las instalaciones y probar su skateboard, pero estaban en Madrid así que les dije: 'Si quieren que hagamos algo juntos, quiero que me sponsoreen un viaje cruzando países'. Sinceramente, lo dije pensando que no iban a aceptar pero era lo que quería hacer y me respondieron que les enviara la propuesta, no lo podía creer porque para mí la idea aún era muy borrosa. 

Yo estaba en viaje a Munich y en el tren empecé a escribirla. Me di cuenta que era exactamente lo que quería hacer y noté que era muy factible si ponía en marcha otras ideas y pedía consejos. Mientras la plasmaba, tenía la piel de gallina y los ojos llenos de lágrimas. Apenas llegué al hostel, contacté a una productora, Macarena González, siempre le pido una guía en la parte creativa y allí comenzaron a desbloquearse ideas. Contacté sponsors que me habían escrito durante todo el 2021 pero a quienes no puede hacer espacio porque yo estaba en un pozo de tristeza por el final de mi relación con una chica italiana con quien estuve 4 años viajando por el mundo. Nos separamos y dejé de tener ideas creativas. 

Entonces, este 1KM+ es como el resurgimiento de una composición entera de todo lo que me gusta hacer: viajar, los longboards, deportes, la música y el altruismo un poco también porque uno de los fines de esta travesía es recolectar dinero para una ONG de África para la que trabajo. Lo que hace es ayudar a los chicos/as a tener un futuro profesional en la música y que puedan vivir de eso y generarse fuentes de ingreso. Además, para enseñarles a escribir su música nativa porque al no saber escribirla en el método occidental, se corre riesgo de que se pierda. Esa es la otra parte del proyecto: becar a jóvenes que no están tan cerca de la ciudad y que por ese motivo no pueden acceder fácilmente a la educación que brinda esta ONG.

Por estos motivos, estaremos cruzando 5 países, en 5 continentes con un longboard eléctrico. Toda la travesía será publicada en las redes sociales, al final de todo, estoy armando algo más pero falta. Lo importante es que desde el 17 de abril habrá mucho contenido y también será divertido porque no todo está planeado al 100% así que podrán ir descubriendo cómo salen algunos imprevistos.

  • Hablemos de miedos porque son los que a veces se convierten en obstáculos para muchas personas que quieren viajar, conocer experimentar: ¿tuviste? Si es así, ¿cuáles fueron y cómo hiciste para superarlos?

Ahora mismo tengo un montón de miedos con el viaje que voy a emprender. Está el tema monetario, la incertidumbre de no saber si pasa algo y no tengo cómo resolverlo, ese temor de cuando un objetivo es muy grande o cuando un viaje es muy largo. El miedo siempre está presente por estar lejos de la zona de seguridad y surge la pregunta: ‘y ahí ¿qué hago?' pero creo que en cada situación siempre temor, ya sea por un nuevo trabajo, por la llegada de un primer hijo/a, en todo hay miedo. Quizás suene muy cliché pero hay que hacerlo con miedo igual, romperlo, de eso también hablo en mi canal de YouTube.

Por ahí pensamos en el panorama general y a veces son escalones para llegar adonde una quiere. Así me lo tomo yo: son pasitos que se van entrelazando y conectando, los resultados y respuestas van llegando, con esta forma de pensar no cancelo el miedo pero sí me permite concentrarme en el siguiente paso.

  • En la misma línea que la pregunta anterior: ¿qué consejo podés darle a una o más personas que sueñen con recorrer el mundo? ¿Qué les dirías sobre preocupaciones diarias? 

Que el primer paso es el más difícil: animarse. Hay que pensar que solamente tenemos una sola vida y que si no la vivimos al 100% es como... comer lo mismo todos los días, con el mismo sabor, una vida vacía.

  • ¿Qué dirías que en tu opinión es lo mejor y lo más difícil de llevar una vida aventurera como la tuya?

Lo mejor es la libertad, las experiencias, conocer gente que son pequeños universos que vas descubriendo de a poquito. Mis amigos y conocidos saben que soy muy sociable, es lo que más me apasiona del viaje junto con el aprendizaje de idiomas. Además, los paisajes, las culturas, probar diferentes comidas. Lo malo es la temporalidad de las amistades, a veces te encariñas mucho con una o más personas con las que compartiste momentos durante 5 días en un hostel y luego sabes que no la vas a ver nunca más en la vida. Soltar eso, soltar a la familia después de cada visita, a los amigos, a los amores, el sentimiento de no pertenecer ni a tu propio país, por ahí, eso también me complica un montón. Ese sentir me llena de preguntas y me hace dudar, hace falta tener raíces. En mi caso, el no pertenecer me rompe.



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