Un verdadero placer para los sentidos. Eso fue lo que se vivió anoche en el Teatro Plaza de Godoy Cruz con el concierto que el músico uruguayo, Luciano Supervielle, desplegó durante una hora y media junto algunos compañeros de ruta bajofonderos.
Un verdadero placer para los sentidos. Eso fue lo que se vivió anoche en el Teatro Plaza de Godoy Cruz con el concierto que el músico uruguayo, Luciano Supervielle, desplegó durante una hora y media junto algunos compañeros de ruta bajofonderos.
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Una vez más el público mendocino pudo escuchar en vivo la atmósfera de ensueño que propone Reviere. Aquel repertorio de mixturas rioplatenses que nació de la estela intimista de un show en vivo y que dio origen a un disco de extraordinaria belleza. Tampoco faltaron los clásicos de Bajofondo que las más de 600 personas que concurrieron esperaban escuchar.
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La noche arrancó con uno de los artistas invitados y que acompaña al músico en esta gira, Franny Glass. Con guitarra en mano y luz directa sobre su silueta como únicos protagonistas, interpretó dos temas de su autoría Ese cielo y Zizou.
La magia instrumental influenciada por el 2x4, finalmente comenzó a puro virtuosismo con el sexteto de músicos en escena. Luciano al piano y, en en los extremos opuestos, el bandoneón de Martín Ferres y el violín de Javier Casalla, completaba así una ecuación perfecta. Todos se robaron la ovación sentida del público en más de una ocasión.
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Hace un año que vinimos. Lo lindo de volver acá es reencontrarse con viejos amigos. Que disfruten el show, fueron las primeras palabras con las que el músico se dirigió a los mendocinos. Gesto cálido que se multiplicaría durante el concierto.
Uno de los momentos más sublimes fue la personalísima versión del tema No soy un extraño, de Charly García. Fue una de las pocas canciones donde Luciano puso su voz y lo hizo en francés. El idioma del país que lo vio nacer. Conjugando de esta manera sus influencias multiculturales, que dan cuenta de la universalidad de su obra.
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Martín Ferres y su bandoneón provocaron momentos de gran belleza. |
Ese fue un homenaje a Charly, alguien al que tantas veces le hemos robado. Gracias Charly, perdón Charly, se le escuchó decir al polifacético artista mientras recibía los apalusos del público.
Luego, el extraordinario sexteto interpretó una canción del mendocino, Daniel Martín. Composición creada especialmente para Bajofondo y que la agrupación toca en cada presentación que da. Si estás por ahí te la dedicamos, dijo el pianista dirigiéndose hacia la gente buscándolo.
Otro pasaje sonoro más que interesante fue el tema Gritar. Versión de una banda ícono de Montevideo de punk rock. También deslumbraron Miles de pasajeros, Perfume y Pa Bailar. Aquí la gente ya no resistió el moviento del cuerpo que obligaba a danzar al ritmo power eléctrico de los infaltables.
Con este final bien resuelto, los músicos se despedían cerca de la media noche. Los bises no se hicieron esperar y brilló un solo de piano con el que Luciano Supervielle, rinde homenaje al concertista Felisberto Hernández. Luego vino un último tema de Franny y, Grand Guignol, terminó de coronar una noche de lujo.
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