Un jurado popular declaró culpable a un policía que en mayo del 2019 mató a balazos a un hombre de 29 años durante una requisa en el barrio Alto Mendoza de Ciudad y de esta forma el sospechoso fue condenado a prisión perpetua.
Un jurado popular declaró culpable a un policía que en mayo del 2019 mató a balazos a un hombre de 29 años durante una requisa en el barrio Alto Mendoza de Ciudad y de esta forma el sospechoso fue condenado a prisión perpetua.
Los 12 mendocinos fallaron por unanimidad que el efectivo José Alexis Méndez Castro (28) era culpable de un "homicidio doblemente agravado por ser policía y por el uso de arma de fuego en concurso real con abuso de armas". Todo esto en perjuicio de Ricardo Bazán (29), en un hecho ocurrido el 1 de mayo de ese año.
De esta forma, el juez técnico Mateo Bermejo condenó luego al efectivo a la pena máxima que establece el Código Penal.
Así las cosas, el jurado popular adhirió a lo que solicitó en sus alegatos el Ministerio Público, representado por los fiscales Andrea Lazo y Fernando Guzzo.
Bazán fue acusado de haber alterado la escena tras el crimen.
Los magistrados enumeraron las pruebas que existían en contra de Méndez Castro -entre ellas haber alterado la escena y colocar un arma tumbera como si fuera de la víctima- y pidieron una condena.
"Hagamos justicia no solo por las víctimas, sino por la policía honesta que todos los días cumple sus funciones. En definitiva, hagamos justicia por todos los mendocinos", solicitó Guzzo en sus alegatos.
La querella, a cargo de Lucas Lecour en representación del padre de la víctima, adhirió a este pedido.
En tanto que la defensa del efectivo, en manos de Octavio Albarracin y Nélida Basso, había solicitado una condena por "homicidio culposo en exceso del ejercicio de la función", es decir que entendían que el uniformado no tuvo la intención de matar y que actuó con "negligencia e imprudencia".
El crimen de Ricardo José Bazán, conocido por sus seres queridos como "Ricardito", ocurrió en la noche del 1 de mayo del 2019, en el barrio Alto Mendoza, en inmediaciones de la Playa San Agustín.
Las pruebas que complicaban al efectivo acusado del homicidio de "Ricardito".
En El Algarrobal y Libertador, tres policías "demoraron" a Bazán para un control de rutina. En primera instancia, los efectivos dijeron que el objetivo era "averiguar los antecedentes" del hombre.
Sin embargo, en medio de la medida Bazán escapó corriendo -tenía una medida pendiente. Allí Méndez disparó su arma en varias ocasiones y terminó hiriendo al hombre en la cintura, provocando su muerte en cuestión de minutos.
El caso comenzó siendo investigado por el fiscal -hoy juez- Horacio Cadile. Sin embargo, pasaron más de tres horas de la muerte para que los efectivos contaran lo que realmente había ocurrido.
Es que en un primer momento ninguno de ellos admitió que le habían disparado a Bazán. Luego, dos de ellos acusaron directamente a Méndez y hasta lo complicaron por alterar la escena.
Los dos uniformados dijeron que al requisar a Bazán no encontraron ningún arma ni objeto dudoso y luego, junto al cadáver, apareció un arma tumbera. Esto generó que Cadile intensificara los peritajes en la escena, confirmando así que alguien la había alterado.
El fiscal centró la investigación en Bazán y luego las pericias lo terminaron de complicar. Se determinó que en el lugar se efectuaron 13 disparos con una pistola calibre 9 milímetros y los expertos en balística confirmaron que el proyectil que mató al hombre había salido del arma de Méndez.
Desde ese momento el efectivo, oriundo de Tunuyán y con prestación de servicios en la Comisaría 59, quedó preso.