Enrique Morris es un trader -alguien que se dedica a la compra y venta en el mercado de valores- que se volvió viral cuando compartió el ticket de una cena por un valor de 4.098 euros (unos 470 mil pesos). Pero su publicación en Twitter no tuvo repercusión por la suma, sino porque la factura incluía el servicio y ofendido decidió no dejar propina.
"Nos cargan 372 euros de servicio, pagamos y nos levantamos" , escribió Moris junto a una foto del ticket. Además, contó que uno de los camareros, según su versión, habría perseguido al grupo de ocho personas para reclamar la propina.
"El camarero viene corriendo cabreado preguntando si no íbamos a dejar propina", indicó antes de añadir: "Marbella, el nuevo Ibiza, engañabobos en todas partes (en todos lados)".
Ese episodio ocurrió el 31 de agosto y tuvo tanta trascendencia en España, y en el resto del mundo, que llegó a los oídos de un empresario catalán llamado Raúl Castañeda.
Pero lo más sorprendente pasó la semana pasada, más precisamente el domingo, cuando Castañeda viajó junto a seis personas hacía la ciudad con costas en el Mediterráneo para comer en el lugar.
Castañeda reservó la mima mesa que ocupó Morris y cuando llegó el momento de pagar pidió que le incluyan en la cuenta la suma que pagó el cliente se había quejado en concepto de propina, es decir, 4098 euros. De esta forma su cuenta final fue de 8.179 euros (unos 937.754 pesos).
Según contó, se desplazó a Málaga desde Barcelona exclusivamente "para tener este detalle con los camareros", que según sus cálculos, "teniendo en cuenta que el establecimiento tiene unos 15 camareros, cada uno se llevó a su casa esa noche extra, solo de esa mesa, unos 270 euros".
"Toma nota @enrique.vv con el mismo importe que presumiste en pagar una comida yo lo hago dejándolo de propina a los mismos camareros que te cabreaste (por cierto muy buen servicio) #respetoaloscamareros", escribió Castañeda en su cuenta de Instagram.