La recuperación terciaria, un plan que apunta a explotar el petróleo pesado que aún queda en las profundidades de los yacimientos mendocinos, es la nueva apuesta del sector que entusiasma al Gobierno luego del acuerdo firmado con YPF por el cual se prevé una inversión inicial de más de u$s 70 millones sobre 400 proyectados. Y unos 500 empleos nuevos en una primera etapa, a partir de fines del 2021.
Es la realidad más palpable en cuanto a resultados, más allá de la promesa que conlleva el inicio de la exploración en la "lengua mendocina" de Vaca Muerta con la llegada del 2022. Para potenciar ese escenario, los principales jugadores del negocio hidrocarburífero esperan una ley de Promoción (que debería tratarse este mes) que consagra una nueva figura: la empresa "recuperadora", tercer eslabón de la cadena entre productoras y refinadoras, que en Mendoza puede captar a varias decenas de prestadoras de servicios.
"La ley prevé premios al incremental de producción dentro del régimen general para la actividad. Y beneficiará con ventajas a nivel impositivo para el desarrollo de pozos de baja productividad en cuencas más maduras con recuperación terciaria, que ya dio óptimos resultados en cuencas como el Golfo San Jorge, de más de 90 años", anticipa Pablo González, presidente de YPF, tras confirmar la inversión en 4 plantas para inyección de polímeros, el compuesto necesario para una actividad que tiene otros costos, en los yacimientos de Chachahuén y Cerro Morado (Malargüe).
Aunque algunas áreas son menos negocio que otras y muchas volvieron a manos de la Provincia para relicitarlas, la petrolera argentina está dispuesta a "exprimir" al máximo varias a través del sistema. Según González, se necesita "esa herramienta jurídica para cerrar la cuestión operativa y de financiamiento" que requiere el sistema, para lo cual durante su estadía en Mendoza se reunió con la senadora Anabel Fernández Sagasti y otros legisladores nacionales.
Tercero Recuperador: cuántos tienen ese perfil en Mendoza
Hoy por hoy, las inversiones más fuertes se concentran en el potencial del megabloque Vaca Muerta. Pero la norma que se impulsa en el Congreso prevé aprovechar cuencas viejas con incentivos fiscales a la recuperación terciaria, y nuevos jugadores.
Eso promete modificar la clásica cadena de la industria petrolera. Actualmente está compuesta por las productoras, que le venden a las 2 integradas, YPF y PAE-Axion (producen y compran crudo-refinan-venden combustibles), y las refinadoras, a las que se sumaría la recuperadora como cuarto eslabón.
"Debería haber al menos una empresa por provincia para direccionar la actividad. A su vez, que no sea ninguna controlada por alguna de las grandes petroleras como YPF. Lo que se busca es darle sustentabilidad a las pymes para que se enfoquen en los yacimientos que por logística y tamaño no serían tan redituables para las grandes pero sí para las más chicas", agregó el presidente de la firma.
La proyección de trabajo para "terceros recuperadores", dependerá de la cantidad de proyectos. Mientras mayor sea la inversión, más firmas podrían insertarse de acuerdo al financiamiento disponible, aunque no son pocas las que dan ese perfil.
Para Hugo D'Agostino, presidente de CAMESPE (Cámara Mendocina de Empresas de Servicios Petroleros), "aunque es importante, no tenemos detalles más que la intención de trabajar en forma mucho más abierta y saber que se vienen más oportunidades. Resta precisar la forma en que se implementará para poder avanzar, que puede ser a través de clusters, y la operatividad, pero entre 15 y 20 empresas podrían llevar adelante la recuperación terciaria en esas condiciones",
Programa Impulso, la antesala a la ley
Mientras tanto, un acuerdo con el Ministerio de Desarrollo Productivo le dió vida al un programa para reactivar a pymes contratadas por YPF. Y "reactivar la cadena de valor hidrocarburífera".
El programa Impulso, como su nombre lo indica, apunta a un "empujón" financiero para 5.000 pymes de todo el país, y de paso, sustituír importaciones. Según datos de la compañía, en Mendoza son alrededor de 300 las que trabajan tanto en la refinería (downstream) como en el upstream (perforaciones exploratorias y para explotación). Y que podrían recibir financiamiento.
Es una señal en busca de reactivación por parte del Gobierno, a la expectativa de que, en paralelo, el régimen de estímulo a la recuperación de yacimientos se trate en el transcurso de agosto en el Congreso. Al menos así lo dejó trascender el Secretario de Energía, Darío Martínez, durante la última semana de julio.