Pandemia

¿Cómo invertir desde Mendoza en la vacuna Sputnik que se producirá en Argentina?

Por Miguel Ángel Flores

Laboratorios Richmond, la farmacéutica argentina que producirá la vacuna Sputnik V en el país, busca financiamiento para instalar una planta capaz de empezar a elaborarla desde el 2022. Con ese objetivo, ya armó un  fideicomiso por u$d 85 millones abierto a sumar inversores, tanto empresas como particulares de todo el país, interesados en participar de lo que hoy por hoy desvela a la humanidad: obtener lo antes posible la llave de la inmunidad frente a la pandemia. 

Con ese monto, Richmond pretende solventar la adquisición, instalación y puesta en marcha de un establecimiento en la localidad bonaerense de Pilar con socios durante al menos los próximos 20 años, el plazo pautado para explotar la licencia de la Sputnik "made in Argentina" en principio. Para eso, ya firmó contrato con un consorcio internacional de 5 empresas expertas en diseños modulares que prometen enviar en un par de meses las primeras partes para ensamblar en el predio (ver aparte).

Mientras las autoridades del laboratorio se encontraban en Moscú para terminar de pulir con el RDIF (Fondo Ruso de Inversión Directa) los términos de la licencia, Sitio Andino dialogó con Mario Kenny, del estudio Nicholson y Cano y responsable de estructurar el prospecto y contrato de fideicomiso para el denominado "financiamiento de proyecto" junto a su colega Juan Martín Ferreiro, sobre cómo funciona y qué hacer para participar como inversor.

"La colocación será en función de "inversores calificados" como aseguradoras, bancos, cajas previsionales y profesionales, agentes bursátiles, y también inversores particulares, esto es, personas físicas y jurídicas que tengan ya una cuenta abierta en un banco. Para eso, basta con acreditar un patrimonio mínimo en UVA's equivalente a 350 mil en inversiones, según lo determinó la Comisión Nacional de Valores", explicó Kenny.

Cómo funciona una inversión "de riesgo"

Según trascendió, la farmacéutica argentina ya adelantó fondos "a cuenta" de lo que pueda reportar el fideicomiso para avanzar con el proyecto. Pero, ¿cómo se constituye y qué características tiene ésa herramienta financiera?.

Según Kenny, "cada inversor puede participar con una cuota como un accionista en una S.A." y   un rasgo fundamental es que todos los activos que lo integran (el terreno + la planta + los ingresos de futuras ventas de la vacuna) "quedan "encapsulados" como un patrimonio separado, propiedad del fideicomiso hasta el pago del financiamiento en 20 años. Esto ante el riesgo de que la empresa no pudiera seguir adelante, se necesitara otro financiamiento o que otra firma explote la planta".

¿Qué gana el inversor? Como socio de Richmond, ni más ni menos que un porcentaje (aún sin definir) de las ganancias por la comercialización de la Sputnik "argenta", tanto en el mercado nacional como por exportaciones, en tanto que otro tanto quedará en manos de la farmacéutica que lidera el empresario Marcelo Figueras. Las 2 décadas responden al plazo necesario para cubrir los costos y pagar la rentabilidad a los cuotapartistas del fideicomiso.

Lo cierto es que habrá una renta mínima prometida + una renta contingente de acuerdo a los vaivenes del mercado. Una condición que lo convierte en una inversión más recomendable para quienes están acostumbrados (y se animan) a asumir riesgos en medio de la volátil economía argentina.

"Representa una apuesta a cierto plazo. Es a suerte y verdad, si el negocio va bien la renta será buena, pero también existen riesgos: la aparición de una vacuna más barata, problemas operativos, entre otros factores. En tal caso, la firma responderá con los activos que hay en el fideicomiso", precisó el experto en derecho corporativo, socio del estudio de más de 150 abogados a Sitio Andino.

La mirada mendocina

Con las puntadas finales al contrato entre Figueras y Tagir Sitdekov, representante del RDIF ruso, hay dos cuestiones que avanzan en paralelo y que dan indicios de un negocio en progreso. Una es el cronograma del consorcio internacional encargado de construir e instalar la planta, integrado por 2 compañías chinas, una de España y otra de México, que prometen una primera entrega de módulos en 2 o 3 meses.

Es la primera de los 10 meses que llevará dejarla a punto, previa autorización final de la Anmat y del Instituto Gamaleya. Con todo, el inicio de producción ya se proyecta a junio de 2022.

La restante es el OK final por parte de la CNV y Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA) para lanzar la oferta pública del fideicomiso que tiene al Banco de Valores como fiduciario. Para el firma que espera "hay buena predisposición para aprobarlo lo antes posible", ya que, según sus planes, se necesita cierto flujo de fondos disponibles a mediados de junio.

En tanto, desde la Bolsa mendocina, a priori la expectativa crece. Para Rubén Cano, titular de Cano Bursátil y directivo del Mercado de Valores local (integrado al BYMA), "indudablemente, un fideicomiso que maneje un bien escaso como la vacuna tiene que funcionar sí o sí. Sobre todo en el caso de la Sputnik, que por lo que se ve es una de las más efectivas, y teniendo en cuenta que las cotizaciones de los laboratorios crecieron muchísimo durante la pandemia".

El experto agente local coincide con otros en que, en el contexto actual, para un proyecto tal como la producción de la vacuna en el país "es factible conseguir financiación privada y estatal". Aunque, a su criterio, el monto mínimo para acceder puede ser excluyente para algunos.

"Siempre hay inversores calificados dispuestos a invertir en herramientas de este tipo, si el volumen no limita el ingreso y los montos son razonables. En este caso, aunque no suceda en Buenos Aires, ya con 2,5 millones se excluye un poco al inversor chico de Mendoza, sobre todo porque se le recomienda más bien diversificar", concluye Cano. 





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