A pocos meses de asumir la dirección del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) Mendoza, Consuelo Herrera, señaló que las estadísticas arrojan que la mayor cantidad de denuncias que se realizan en la delegación son por discapacidad, identidad de género y, en tercer lugar, por diversidad corporal. La tendencia se mantiene en lo que va de este año.
Con el inicio de la pandemia por coronavirus, en el 2020, el funcionamiento de varias direcciones y servicios se vio afectado por lo que el número de denuncias que se registró es inferior al de otros años pero, igualmente, se realizaron y las categorías por las que más se realizan reclamos en la delegación mendocina persisten.
"En el año 2020, hubo más de 70 denuncias y en los primeros meses del 2021 se mantiene ese promedio. Al ver las cifras y los motivos, concluimos que las denuncias en su mayoría son denuncian por discapacidad y eso no ha cambiado, es el número más elevada que tenemos actualmente", explicó Herrera.
"En segundo lugar, se ubica la identidad de género y en tercer lugar, la diversidad corporal, que tiene que ver con los estereotipos hegemónicos de belleza. Observando un poco más de cerca, vemos que los lugares de donde salen estas denuncias son los barrios y luego aparece el ámbito estatal que es donde se ejerce más violencia sobre los cuerpos", agregó la directora de Inadi Mendoza.
Según comentó es justamente en el ámbito provincial y municipal donde se ejerce la mayor violencia sobre personas con discapacidades y trans. "Esto sucede porque no hay formación y si existe, no se sostiene en el tiempo. Las capacitaciones a través de la Ley Micaela se llevan adelante pero al parecer mucha gente completa el taller, le dan el certificado pero luego todo sigue igual. Deberíamos generar nuevas políticas internas, buscar otras formas de hacer capacitaciones y talleres", dijo.
En cuanto a las denuncias por discapacidad, Herrera indicó que no sólo se manifiesta en el maltrato sino también en las estructuras edilicias, en criollo: lugares que no están adecuados para permitir el acceso a todos/as. "De a poco, las instituciones tratan de adaptarse para que las personas discapacitadas puedan realizar sus actividades de manera autónoma pero es un proceso que avanza muy lentamente".
"Las instituciones se tienen que adaptar a las personas y no al revés. En cuanto al trato, se da por desconocimiento o falta de empatía. Vivimos en un sistema muy violento que odia y se ríe de todo lo que es diferente, esto también lo viven las personas trans, no muchos saben de la Ley de Identidad de Género. Algunos/as no respetan ese marco legal e imparten maltrato por ignorancia y otros/as por voluntad", cerró Herrera.
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