Propuesta de industriales para estas elecciones 2023.
A comienzos de abril, la Secretaría de Servicios Públicos dispuso instrumentar un mecanismo de estabilización a la facturación de energía eléctrica de los suministros de bodegas y/o establecimientos elaboradores de mosto y sidras, encuadrados en categoría T1 General y T2 Grandes Demandas de Mendoza. El fin declarado: mitigar el impacto de la mayor demanda estacional del ciclo productivo de estas actividades sobre las facturas. O en criollo, que puedan pagar lo mismo todo el año, más allá de consumir más o consumir menos.
En la última semana, el titular del área, Natalio Mema, firmó otra resolución, la 43, para extender el listado de empresas beneficiarias a otros 3 rubros, al considerar que hay "razones de oportunidad, mérito y conveniencia" para hacerlo. Eso significa que se aplicará el mismo mecanismo al sector conservero (frutas, hortalizas y legumbres, además de mermeladas/jaleas, jugos naturales y concentrados), secaderos (hortalizas, legumbres y frutas desecadas) y frigoríficos.
Mientras ya corre el plazo para que las empresas que quieran acceder se inscriban, el Epre (Ente Provincial Regulador Eléctrico) ya habilitó un simulador en su sitio web. A través de el cualquier usuario de esas características puede, con solo cargar los datos de la potencia eléctrica contratada con su distribuidora y el consumo, estimar de cuanto puede ser su factura con una tarifa "plana" todo el año y así dejar de pagar montos exorbitantes en pleno ciclo de elaboración.
En qué consiste y los requisitos
Inspirado en el criterio implementado con la tarifa de riego agrícola a través del Fondo Compensador de Tarifas, para las empresas el mecanismo de "estabilización por estacionalidad" implica pagar una misma factura más allá del pico de consumo en temporada (cosecha y elaboración, que para las bodegas va entre febrero y mayo) a través de un beneficio financiero. Para eso, se toma como referencia un promedio del ciclo 2020.
Así, en vez de "saltar" de entre $50 mil y $80 mil a $500 mil mensuales o más, se "allana" el importe para que no impacte en los costos de las empresas en la época de mayor demanda. El beneficio se otorga siempre y cuando el máximo consumo registrado en temporada no supere al de la misma época del 2020.
A partir de la relación demanda/potencia, se calcula el promedio y al final del ciclo puede determinar un débito (diferencia a pagar) o crédito a favor (por haber consumido menos de lo previsto) que el beneficiario podrá recuperar vía bonificación en las próximas facturas.
Hay al menos 3 requisitos por cumplir: pertenecer a las categorías T1 o T2, justificar el pedido por la variación de las facturas y permanecer como beneficiario durante los siguientes 12 meses, como mínimo.
Cuánto puede impactar en los costos: el caso de bodegas y agroindustrias
El sector vitivinícola fue primer beneficiado por la decisión de compensar costos para que la balanza no se desequilibre entre las épocas de alta y de baja demanda, ya ya empezó a ponderar los pros y contras.
Un tema a considerar es que son varios los establecimientos que compran directamente la energía al mercado mayorista por requerir una potencia mayor a la que pueden asegurar las distribuidoras. Para esos casos, que tienen contrato firmado con Cammesa (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico), el beneficio no corre.
La "foto" en las fábricas de conservas,que tienen su mayor actividad en verano y parte del otoño, también ilustra la situación. Para una fábrica de conservas una factura difícilmente supere los $50 mil entre mayo y noviembre, pero una vez que comienzan las cosechas (entre diciembre y abril) ese monto puede llegar a multiplicarse hasta por 20.
Según Leandro Roldán, gerente de Cafim (Cámara de la Fruta Industrializada de Mendoza) "aunque no significa pasar a pagar menos, lo pedimos porque los mayores costos se concentran en tres meses del año, que es la temporada de mayor trabajo. Cuando además de la materia prima se disparan otros insumos y en personal llega a incrementarse más del 300%".
Cafim concentra a 28 firmas agroindustriales, que representan más del 90% del procesamiento de durazno, tomate y legumbres. Son las que ya sacan cuentas para saber si pueden adherir.
"Si el consumo previsto para este año es más bajo quizá no convenga, porque el promedio puede ser superior", puntualiza Roldán.
Beneficio retroactivo
Como la mayor demanda registrada empezó a dibujar una curva ascendente desde febrero, ese es el mes en que empezará a aplicarse el beneficio, que por lo tanto será retroactivo, pero no automático.
Es que las empresas que quieran acceder deben, además de no excederse en la demanda de los pasados 12 meses, inscribirse. Para eso, se amplió el plazo hasta el 30 de abril próximo.