Una de las experiencias inéditas que ocurrieron durante el 2020 y que se lleva el mérito de la resistencia artística, es la realización de la obra teatral "Sirenas", que pudo montarse en medio de una pandemia, con protocolos y en un contexto de salas cerradas al público.
Escrita por el mendocino Gabriel Jimenez, la pieza fue una de las propuestas elegidas dentro del concurso "Nuestro Teatro" que llevó adelante el Teatro Nacional Cervantes para incentivar el desarrollo de las artes escénicas en un año de crisis sanitaria por el Covid. La obra quedó premiada entre más de 1500 dramaturgias que participaron del certamen y tendrá su estreno nacional este verano por la plataforma online de la prestigiosa sala.
Pero vamos por parte para desmenuzar los aspectos singulares de la vivencia. Resulta que una vez anunciada la noticia del texto ganador -y el único que va a representar a la Región Cuyo-, comenzó la segunda instancia de la iniciativa que tuvo que ver con la puesta en escena de la obra en suelo local con un equipo de artistas de la provincia. Un proceso de producción, montaje y realización que contempló la elección de un director y un casting virtual para elegir a los intérpretes de los personajes; además de la filmación de la obra para ser transmitida por Internet. El último 16 de diciembre el equipo elegido concretó la experiencia sobre las tablas del Teatro Independencia con una sola persona entre las butacas: el creador de la historia.
Ópera prima y un elenco de lujo
Para el escritor Gabriel Jimenez, que ya tiene publicados varios títulos, "Sirenas" es su ópera prima dentro del género de la dramaturgia. Él mismo es quien cuenta que surgió a partir de un ejercicio dentro de un taller dictado por el artista Osjar Navarro Correa, quien luego, resultó seleccionado por la gente del Cervantes para que dirija la pieza.
Gabriel Jimenez, autor de la obra teatral "Sirenas" que estrenará el Cervantes Online. Foto: Leandro Fernández (gentileza).
"Yo vengo investigando la dramaturgia de la mano de él, a partir de algunos talleres que él ha hecho. Hace dos años, en una de esas oportunidades él planteó un ejercicio en relación a una cuestión puntual que se llama punto de ataque', que es cuando se da una acción que hace imposible volver atrás en el desarrollo del dispositivo narrativo. A partir de esa acción todo se dispara y no hay punto de retorno. Por lo general esto suele pasar al final de una narrativa para preparar el desenlace. Lo lógico hubiese sido ir para atrás y que ese sea el final de la historia, pero yo hice lo contrario, fui adelante, lo tomé como principio. Sirenas entonces arranca con la escena uno en el punto de ataque. Es decir, arranca muy arriba y el desafío es sostener esa tensión hasta el final porque en la primera escena explota todo", cuenta.
La sinopsis de esta trama elegida por una de las salas más importantes del país, relata que dentro de la rutina de un supermercado de barrio una particular iniciativa de uno de sus clientes altera al resto de las personas allí presentes. "Lentamente el afuera comienza a filtrarse en forma de sirenas que invaden ese búnker en el que se encuentran. Ese canto es lo único que puede entrar o salir del lugar, mientras quienes lo escuchan se parecen cada vez menos a quienes entraron esa mañana en el supermercado". La obra explora algunas de las temáticas que Jimenez ha venido abordando desde la poesía: la violencia, la desigualdad y el extractivismo.
-¿Dentro de qué género está escrita la obra?
-Y hay una trampa ahí porque arranca con un tono bastante inclinado hacia el humor, pero no llega a ser comedia. Dentro de un hiperrealismo, de un realismo sucio, hay situaciones que son graciosas. El humor lo trabajo siempre ya sea en poesía o en narrativa y ahora en dramaturgia lo utilizo no como un efecto que genere risa y nada más, sino que hay un señalamiento en el uso del
humor de eso que nos reímos, de eso que va por debajo del tortazo en la cara. No quedar sólo en el efecto sino escarbar más allá de lo que está a la vista. Es entonces medio una trampa, empiezo planteando algunas situaciones cómicas en torno a una cajera de supermercado y un cliente que se encuentran en una situación extraña, que es que el cliente intenta robar el supermercado. Y ahí explota todo porque lo que era gracioso se torna cuando aparece un arma y se empieza a llevar a cabo el robo. No es que se pone serio, sino que eso del principio se empieza a tomar desde una perspectiva más existencial. Señalar que no es tan gracioso el no tener a dónde escaparse, que es lo que inicialmente les causa gracia.
Gabriel Jimenez en la escenografía que se montó para "Sirenas" en el Teatro Independencia. Foto: Leandro Fernández (gentileza).
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La puesta Sirenas se montó con un equipo artístico de la provincia; un staff que es un verdadero lujo. Por un lado se eligió a Osjar Navarro Correa para que dirija la puesta. Osjar es dramaturgo y director teatral, responsable de la trilogía mendocina suburbana "Pajarito", "La persistencia de los grillos" y "Destacamento", con las que marcó una impronta dentro de la escena local con un teatro de fuerte contenido social en el que retrata el mundo de los márgenes .
Mientras que para los personajes protagonistas se seleccionó a un trío que también viene marcando un camino por demás interesante en el presente de las artes escénicas de Mendoza: Tani Casciani, actriz protagonista de la película "Muere, monstruo, muere" (Alejandro Fadel) que compitió en Cannes, y actriz de piezas teatrales como "Reflejos" y el éxito de off local "Una de gángster"; Manuel García Migani, actor, dramaturgo y director teatral de obras como "Tu veneno en mí" Y "Tatiana" que fue la experiencia anterior del Cervantes en la provincia; y Darío Martínez, un versátil y talentoso actor mendocino que se viene destacando dentro de la comedia musical y que se prueba aquí en un rol diferente.
-¿Cómo fue el proceso de trabajo desde que la escribiste la obra hasta llevarla a escena?
El proceso empezó cuando anuncian el premio, que ya fue una locura porque me empezó a llamar mucha gente. Por un lado para felicitar, pero muchos otros por trabajo por el contexto este de la cuarentena no había, no hay laburo en las salas, así que había mucha gente interesada en saber si había un casting o cómo se podía trabajar. Una vez que ya estaba designado Osjar como director esperamos urgente que fuera el casting, que fue por video, lo cual también era una instancia rara. Se hizo el casting mediante video y él eligió a los intérpretes.
-¿Y se eligió un "dream team"?
Sí. Con eso me pasó algo raro porque yo no sabía a quién iba a elegir. Yo creo que eligió a tres que la vienen rompiendo, que están en la cresta de la ola. Por un lado yo no sabía que se podía llegar a conformar ese equipo que está buenísimo.
-¿Cuánto te involucraste?
-Yo estuve acompañando el desarrollo. Si bien no participé porque no quise influenciar a nadie con aclaraciones ni nada sobre el texto para que la construcción no fuese un laburo contaminado por el autor, vi como fueron profundizando en los personajes, dándose cuenta que había unas ideas madres diseminadas en cada personaje y lo fueron descubriendo y lo laburaron re bien.
-¿Qué se siente como escritor llevar a escena una historia tuya?
-Es fantástico y es un poco lo que yo buscaba con todo esto cuando empecé a experimentar con la dramaturgia. Yo vengo del palo de la poesía, que es bastante solitario y nunca sabés la vuelta que tienen los textos y lo que quería era eso: poder ver en el escenario lo que había escrito. Cuando escuché la primera línea de la primera pasada del ensayo dije esto está perfecto'. Eran las voces que tomaban forma, que tomaban cuerpo.
Aún sin fecha confirmada, el quipo espera que se libere virtualmente en la primera semana de febrero (hay que estar atentos). Además de abrazar la posibilidad de que más adelante la puesta pueda presentarse en alguna sala de Mendoza con público.
En total son 21 obras cortas las del concurso "Nuestro Teatro". Todas fueron producidas, montadas y filmadas sin público para su transmisión por Internet. Ya se pueden ver: "Al hueso", "Civilización" y "Asteroide, fin de un mundo imposible".