El fiscal Gustavo Fehlmann cambió la calificación para los padres del pequeño de seis meses que sufrió este domingo la amputación de las falanges de tres dedos de la mano. Ahora los acusaron por abandono de persona al considerar que lo dejaron en una situación de vulnerabilidad evidente.
A raíz de diferentes resultados y de las inspecciones que se realizaron en la casa ubicada en la calle Perito Moreno de Rodeo del Medio en Maipú, el fiscal decidió modificar la calificación e imputó a los progenitores de la criatura "abandono de persona doblemente agravado por resultar grave el daño a la salud del niño y por el vínculo de padres".
Esta acusación, detallaron, prevé una pena de 4 a 13 años y medio de cárcel en caso de ser hallados culpables. Anteriormente habían sido notificados e imputados por "lesiones graves agravadas por el vínculo" en perjuicio del recién nacido.
Según pudieron establecer, el pequeño quedó desamparado y los padres no lo estaban cuidando como correspondía a un bebé de seis meses, a quien dejaron en estado de soledad en una cuna pero en "pésimas" condiciones de higiene. Es que, según creen, fueron gatos o ratas los que les comieron y lesionaron las falanges. "Qué animal fue no se va a poder determinar", indicaron.
En cuanto al estado de salud de la criatura explicaron que continúa estable y que en los próximos días recibirá el alta médica. En tanto, los padres van a continuar presos debido a la gravedad de la acusación.
Lo atacaron mientras dormía
El caso se inició este domingo cuando un bebé de seis meses ingresó al hospital Paroissien de Maipú con dos dedos amputados y cortes en el cuero cabelludo.
Sus padres dijeron ante las autoridades policiales que esas heridas fueron producidas por el ataque de un gato. El hecho, de acuerdo a sus testimonios, sucedió alrededor de las 2.50 de la mañana.
Tras la verificación de las heridas, el menor fue trasladado al Hospital Notti y sus progenitores quedaron a disposición de la justicia.
Luego de algunas horas, los padres sostuvieron que durante la noche se despertaron al escuchar llorar a su hijo. Allí, observaron que el animal le había comido los dedos.
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