El desafío que viene

Si les preguntaran a los fondos de inversión especulativos qué medida querían que tomase el gobierno argentino, afirmarían sin pensar: suba de tasas. El Genio de la Lámpara los escuchó y el deseo fue concedido...

Por Marcelo López Álvarez

La confirmación definitiva de que el staff de CEOS que acompaña a Mauricio Macri, fungiendo de ministros y políticos no tiene norte en su promesa de "derrotar la inflación y sacar adelante el país", es sin dudas lo más destacado de la semana.

La reacción del equipo de gobierno al 2,4% de marzo fue arrebatada del manual básico de los centros financieros sin un espacio para reflexionar si, con casi un año y medio de gobierno en las espaldas, el camino es el correcto.

Pero quizás ya se escribió demasiado en estos días sobre el tema y no tanto sobre la mejora sustancial que lograron en sus ganancias los capitales golondrinas que hacen algo más que su agosto con cada medida que toma el Ejecutivo Nacional.

Si les preguntaran a los fondos de inversión especulativos qué medida querían que tomase el gobierno argentino, afirmarían sin pensar: suba de tasas. El Genio de la Lámpara los escuchó y el deseo fue concedido.

La decisión, tomada por los funcionarios que trabajan de los dos lados del mostrador, en este contexto no sirve y se pueden observar varias muestras de ello.

En primer lugar, si bien los manuales indican que secando la plaza cae el consumo y se frenan los precios, la realidad es que podría funcionar si el Estado y empresarios colaboraran con medidas y acciones en ese sentido. Pero en medio de políticas de tarifazos que no terminan, de descontrol absoluto de los factores de mercado y varios etcéteras, el fracaso es previsible con las contraindicaciones que conocemos, es decir:destrucción absoluta de los mercados de consumo, producción y trabajo.

Por otra parte la fuga del verde para pasarse a pesos es imposible de parar en este nivel de tasas. Fomentarla en este momento particular donde hay una excesiva oferta de dólares por endeudamiento, blanqueo y liquidación de cosecha,consolida la baja del dólar maximizando la ganancia de los capitales especulativos cuando salen de pesos y vuelven a la moneda norteamericana. Las economías regionales exportadoras son víctimas de la caída del dólar, pierden competitividad y mercados, se profundiza la fuga de divisas y se facilita la importación indiscriminada, destruyendo aún más puestos de trabajo.

Entramos así en el fondo de la cuestión. El Gobierno ¿no sabe?, ¿se equivoca? o ¿está llevando adelante un programa de negocios/gobierno perfectamente planificado?

La ingenuidad es una gran virtud en la etapa de desarrollo de los niños que los hace terriblemente queribles, pero no debería serlo en nuestra vida de ciudadanos.

Habitamos en una sociedad que asiste a una nueva categoría de análisis político y sociológico, la de ciudadanos despolitizados, pero por sobre todo malinformados, que se convierten en un banco de estudio para procesos políticos de concentración de poder en los vectores más poderosos.

Esta concentración, que es inédita en la historia moderna argentina, es un tema que no está en la agenda política y que la oposición o quien pretenda gobernar este país en el futuro, debería comenzar a debatir y pensar.

No es menor pensar cómo se deberá plantar ante esta nueva realidad una opción política electoral que tenga como objetivo de gobierno la recuperación del empleo, la industria, la educación pública y la movilidad social ascendente.

Cuando se escucha a los dirigentes de la oposición, se comprueba rápidamente que no está en su agenda cómo se enfrenta y desarma la formidable acumulación de fortaleza, poder de decisión y veto que acumularon los dueños de la Argentina en apenas un año y medio de gestión de la Alianza PRO-UCR.

No se discute ni se piensa, por ejemplo, cómo se puede volver a colocar retenciones al sector agropecuario para controlar precios internos y redistribuir riqueza, sin sufrir una conmoción social, política y mediática superior a la 125.

No hay, o no se explicitan, ideas de cómo reformular relaciones con los sectores financieros internacionales y locales, que recuperaron su poder de condicionamiento a partir del nuevo ciclo de endeudamiento y normas y desregulaciones dictadas por el BCRA. Lo mismo pasa con la concentración económica que rápidamente apañó el nuevo gobierno.

Los avances que han obtenido en corto tiempo los sectores concentrados se transforman en un muro importante para rearmar el modelo de una Argentina industrial y exportadora de valor agregado y no de materias primas. La inserción en el esquema mundial de productores primarios que recompran manufacturas terminadas es un modelo que cuadra a los poderosos regionales y a los grandes capitales transnacionales que dejan caer alguna chirola de sus billeteras en seudo inversiones en estas Pampas.

A 60 días del cierre de las listas para las elecciones de medio término (que el Gobierno Nacional y Provincial buscan devaluar y ningunear) no aparecen en agenda estas discusiones, que la oposición debería poner en primer plano para romper la lógica del tornillo sin fin, que siempre da vueltas sobre los mismos temas que propone la agenda mediático-político- judicial y que sirve para ocultar la carrera por concentrar todo en las mismas manos y condicionar definitivamente el futuro.

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