El múltiple femicidio que se produjo este domingo en La Plata, donde fueron asesinadas una señora de 63 años, su hija de 30, la nieta de 11 y una mujer de 30 volvió a conmover a los ciudadanos de la capital bonaerense y recordó el caso del odontólogo Ricardo Barreda, quien en 1992 mató a su esposa, su suegra y las dos hijas.
Barreda, que en ese entonces tenía 56 años, se levantó de dormir aquel 15 de noviembre y tras contar que se disponía a limpiar el techo de su casa mantuvo una discusión con su esposa Gladys McDonald (57) y provocó la tragedia.
Según relató el odontólogo, iba a sacar las telarañas de la vivienda de Calle 48 entre 11 y 12 y la mujer le dijo "andá a limpiar, que los trabajos de conchita son los que mejor hacés".
Esa frase provocó que el hombre tomara una escopeta marca Víctor Sarasqueta y la asesinase.
Enseguida bajó su hija Adriana (abogada de 24 años), luego su suegra Elena Arreche (86) y su otra hija Cecilia (odontóloga de 26) y las mató con esa escopeta.
Barreda trató de hacer pasar el hecho como un robo, pero finalmente confesó los crímenes y los atribuyó a que era blanco de críticas y burlas de parte de las mujeres.
En 1995 fue condenado a prisión perpetua, pero en 2008 le concedieron el beneficio del arresto domiciliario por buena conducta y por ser mayor de 70 años.
Sin embargo, a principios de 2011 le fue revocada al violarla con la excusa de necesitar ir a una farmacia, aunque el 11 de febrero de este año, el beneficio de prisión domiciliaria le fue devuelto.
El fantasma del caso Barreda volvió a instalarse y a conmocionar La Plata, y nuevamente con un caso de femicidio vinculado a una ex pareja.
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