"Un tráiler de 100 minutos". "No quiere ser una película de superhéroes demasiado desesperadamente". "Ya lo hemos visto". Nadie está contento con la nueva película de Los Cuatro Fantásticos. Ni los fanáticos, ni la crítica y ni siquiera su director, Josh Trank, a quien negaron el montaje final.
En pocos meses, Trank se ha convertido en el azote de las grandes productoras. Hace unos meses dejó abandonado uno de los spin-offs de Star Wars por presiones creativas con Disney, y ahora, después de recibir una oleada de críticas negativas (en el compilatorio de críticas Rotten Tomatoes recibe un 10% de reseñas positivas), ha sido especialmente salvaje con Los Cuatro Fantásticos: Hace un año tenía una versión fantástica de esto. Y hubiera recibido grandes críticas. Probablemente nunca la veáis. Pero esa es la realidad". Minutos después borró el tuit, avisado posiblemente por los abogados de 20th Century Fox. Trank, al que eligieron después de dirigir la película independiente sobre jóvenes superpoderosos Chronicle, ya fue tachado de rebelde durante el rodaje.
Hace un año tenía una versión fantástica de esto. Y hubiera recibido grandes críticas. Probablemente nunca la veáis. Pero esa es la realidad", decía el tuit.
"Era errático y se aislaba", comentaba un reportaje del The Hollywood Reporter: "No daba direcciones concretas ni respondía a lo que le preguntaban los actores". Trank decidió aparecer en el rodaje de Nueva Orleans, por ejemplo, con un grupo de pequeños perros que acabaron causando 100.000 dólares en daños a la propiedad donde grababan. "Es como uno de esos niños que llega a la NBA con talento pero sin inteligencia emocional", comentaban. Ahora parece que quiere huir de nuevo del sistema de grandes estudios, que habitualmente controlan al director para tener el montaje final.
Estas declaraciones han sido la gota que ha colmado el vaso de una producción que estaba destinada al fracaso casi desde que se anunció. Los primeros héroes de Marvel creados por Stan Lee y Jack Kirby -la familia fantástica- son una de las pocas propiedades cuyos derechos no han vuelto a la rama cinematográfica de la famosa editorial de cómics responsable de Los Vengadores, que en los noventa vendió a todos sus héroes para luchar contra la bancarrota. 645 números después y 54 años desde su primera aparición, esta guerra de derechos ha llevado a la colección a desaparecer de las estanterías. Marvel canceló hace dos meses la colección de sus primeros héroes y así hizo patente un conflicto que hasta entonces se mantenía interno.
El consejero delegado de Marvel, el excéntrico Isaac Perlmutter, incluso ordenó que se quitaran los carteles del equipo de las oficinas neoyorquinas. En la compañía, al ser preguntados por EL PAÍS, se niegan a responder sobre la adaptación. La versión oficial es que es una cuestión editorial, nada relacionado con la sinergia de marca. "Es paradójico que la versión que mejor ha capturado a la familia superheroica sea su parodia, Los Increíbles", lamenta el dibujante Carlos Pacheco (Cádiz, 1961), que de 2000 a 2002 fue coguionista y dibujante de la serie. "Ya no es una empresa de cómics, sino un rinconcito de un estudio cinematográfico. Los Cuatro Fantásticos pertenecen a Fox y eso no da beneficios".
El reparto tampoco ha sido demasiado bien recibido por los seguidores que, como con otras producciones, han atacado la elección de Michael B. Jordan, afroamericano, como el rubio de las viñetas Johnny Storm, más conocido como la Antorcha Humana.
Los Cuatro Fantásticos nunca fueron menos fantásticos.