Relatos Salvajes competirá en la categoría Mejor Film en Habla Extranjera de los premios Oscar que entrega la Academia de Artes y Ciencias de Hollywood. La película de Damián Szifrón tendrá como rivales a Tangerines (Mandariinid Estonia), Timbuktu (Mauritania), Ida (Polonia) y Leviathan (Leviafan Rusia).
El domingo 22 de febrero se realizará la ceremonia de entrega. Como en los últimos años, el evento más importante de la industria cinematográfica será en el Teatro Dolby. En caso de que gane el filme protagonizado por Ricardo Darín, Leo Sbaraglia y Érica Rivas, entre otros reconocidos actores, se convertirá en el tercer proyecto argentino en quedarse con un Oscar: El primero lo ganó La Historia Oficial de Luis Puenzo en 1986 y el segundo llegó en 2010 con El Secreto de Sus Ojos de Juan José Campanella.
TODOS LOS TRÁILERS DE LAS NOMINADAS A MEJOR PELÍCULA EXTRANJERA:
Ida, de Pawel Pawlikowski (Polonia)
Entre las competidoras de Relatos salvajes se destaca Ida, de Pawel Pawlikowski, un drama en blanco y negro ambientado en los años 60 de Polonia, durante los cuales una joven novicia descubre que en realidad es judía y que sus padres murieron víctimas del nazismo. Nominado también al Oscar a la mejor fotografía, el film se alzó hace poco con el Bafta a la mejor película de habla no inglesa así como el Goya a la mejor película europea.
Leviathan, de Andrey Zvyagintsev (Rusia)
Después de un año de cruces entre Rusia y Occidente, el film del ruso Zvyagintsev, la historia del dueño de un taller a orillas del Océano Ártico que lucha contra el alcalde de su pueblo para no perder sus tierras es considerada una crítica al autoritarismo. El año pasado compitió en Cannes, donde se quedó con el premio al mejor guión.
Tangerines, de Zaza Urushadze (Estonia)
Del antiguo bloque soviético llega la estonia Mandariinid (Tangerines en inglés), de Zaza Urushadze, ambientada en la zona que fue testigo del conflicto armado entre Georgia y Abjazia en 1992. En medio de la huída de varios estonios de la zona, dos hombres se quedan a cosechar sus mandarinas y terminan albergando a dos combatientes de bandos opuestos.
Timbuktu, de Abderrahmane Sissako (Mauritania)
Por su parte, Timbuktú, del realizador mauritano Abderrahmane Sissako, que el año pasado también formó parte de la competencia oficial de Cannes, pone el foco en la toma del norte de Mali por parte de los yihadistas en 2012. Rodada en Mauritania en coproducción con Francia, la última película del director retrata las tensiones culturales que se registraron en la mítica ciudad africana.
Relatos salvajes, de Damián Szifrón (Argentina)
La película de Damián Szifrón parte con buenas credenciales para alzarse con el tercer Oscar para Argentina: desde su estreno en el Festival de Cannes, donde compitió por la Palma de Oro, ganó el Goya a la mejor película iberoamericana, se quedó con el premio del público en varios certámenes internacionales, fue vendida a más de una veintena de países y logró convertirse en el suyo en la película más vista en la historia, con más de 3,7 millones de espectadores.
Con guión del mismo Szifrón, creador de la exitosa serie televisiva Los simuladores, Relatos salvajes es, más que un largometraje, un mosaico de seis cortometrajes en los que los protagonistas pierden los estribos ante distintas situaciones de maltrato o estrés.
Producida por El Deseo, de los hermanos españoles Pedro y Agustín Almodóvar, y los argentinos de Kramer & Sigman Films, este exorcismo colectivo que funciona en todas partes del mundo, según lo define Szifrón, se estrena en Estados Unidos el próximo 20 de febrero, apenas dos días antes de la entrega de los Oscar.
Para el crítico argentino Horacio Bernades, docente del Posgrado de Teoría, Crítica y Curaduría Cinematográfica de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), los puntos a favor de Relatos salvajes son, además de su cifra histórica de expectadores en Argentina, su excelente repercusión en España, Francia -donde el día del estreno cuadruplicó la cifra de El secreto de sus ojos, la anterior ganadora del Oscar- e Italia, entre otros mercados.
A ello se suman, su excelencia técnica y narrativa, el lucimiento de los actores, el alto impacto dramático y narrativo, su carácter de película para todo público y, algo que no es menor, que uno de los productores sea Pedro Almodóvar. Además, en Estados Unidos la distribuye Sony.
Según el crítico argentino Roger Koza, programador del Festival de Cine de Hamburgo y del Festival de Cine de la UNAM en México, a diferencia de Relatos salvajes, la más pop y humorística de los títulos nominados, las cuatro películas restantes abordan temáticas de mayor peso humanitario que, en este tipo de torneos caricaturescos, puede ser determinante.
Ida combina una temática sensible para los votantes, las secuelas del nazismo, con una fotografía deslumbrante, apuntó Bernades. Timbuktú pisa muy fuerte. En primer lugar, por su tema: la salvaje instalación de un gobierno yihadista en Mali. En segundo, por su repercusión mediática: hace poco, amenazas extremistas, en caso de que la película se proyectara, obligaron a levantar la programación de un pequeño festival en Bélgica. Y además está en cartel en Estados Unidos.
Koza cree que si la decisión de los votantes pasa por el filtro ideológico del peso humanitario, Timbuktú tiene las mayores chances. Su protesta poética, elegante y unidimensional contra el fundamentalismo islámico puede convencer a muchos. Si los votantes se inclinan por un cine distendido e irresponsablemente divertido, Szifrón debería ir preparando su discurso de agradecimiento, afirma. Por cierto: si gana el cine a secas, Ida debería llevarse este Oscar.