Malargüe, en sus 41.317 kilómetros cuadrados de territorio departamental, encierra numerosos atractivos naturales, tres de ellos Reservas Provinciales Protegidas de Mendoza: Laguna de Llancanelo, La Payunia y Caverna de las Brujas, todas con características especiales que los convierten en sitios únicos en la Argentina y el mundo.
Y Caverna de las Brujas, a 65 kilómetros al suroeste de la ciudad de Malargüe es uno de los destinos que más eligen, durante todo el año, turistas de cercanías, nacionales e internacionales, atraídos por su “particular ambiente subterráneo, donde una vez más la diversidad del planeta supera nuestra capacidad de asombro”, tal como lo describen especialistas, guías y guardaparques.
Caverna de las Brujas tiene un origen geológico marino, que se ubica en el periodo Jurásico, hace 200 millones de años, tiempos en que la Tierra era dominada por “grandes dinosaurios y separación del enorme continente de Pangea, por lo que las rocas que conforman la cavidad natural son de las más antiguas “tapizadas con extrañas formas minerales: estalactitas, estalagmitas, columnas, coladas” que dan existencia al original “escenario de más de 3 mil metros de galerías que se han desarrollado a través de niveles de rocas calcáreas (calizas)”.
En toda el área de Caverna de las Brujas, que llegan a las 450 hectáreas protegidas, se haya amonites, moluscos petrificados que dominaron las aguas del Jurásico y el Cretácico, mientras que su interior la caverna está conformada por “hermosas decoraciones con diferentes elementos, denominados espeleotemas” de calcita, una formación mineral de carbonato de calcio, además de las de yeso o sulfato de calcio “y elementos con ópalo”, cuyo origen es el sílice.
Los espeleotemas, que es la denominación científica de las formaciones de la cavidad, alberga a estalactitas “elementos que en forma de agujas que cuelgan de los techos de las cavidades”, a las que se suman las estalagmitas que son equivalentes “con la diferencia de que se forman desde el piso” de la cavidad. Otro componente geológico que domina en paisaje subterráneo de Caverna de las Brujas son las columnas que surgen de la “unión de estalactitas y estalagmitas”, agregándose una de las maravillas del lugar: los velos “semejantes a cortinados” pétreos.
La denominación “Caverna de las Brujas” viene de una leyenda de algunos pobladores originarios de esta parte de Mendoza, en la que “machis o médicos brujos” ocupaban la primera sala, posteriormente designada “de la Virgen”, para desarrollar “sus ceremonias rituales, encendiendo fogatas y sentándose a su alrededor”, generando en las paredes de la cueva “enormes sombras “fantasmagóricas”, que asombraban a quien observaban desde la distancia, determinando este relato la denominación de Caverna de las Brujas, aunque existen otros muy popularizados cuando guías de turismo también los relatan a los visitantes.
Caverna de las Brujas está ubicada en el distrito de Río Grande, en cercanías de la localidad de Bardas Blancas, a unos 65 kilómetros de la ciudad de Malargüe, accediendo primero por Ruta Nacional 40, y luego por un camino de tierra.
La entrada esta “localizada a una altitud de 1.800 metros sobre el nivel del mar”, en una zona dominada también por los cordones montañosos de la Cordillera de Los Andes.
El acceso a la Reserva Natural debe hacerse previo turno a través de la página del Gobierno de Mendoza, en la sección turnero de la Dirección de Recursos Naturales, ofreciéndose a turistas dos recorridos “el completo hasta la estalagmita gigante” y el parcial “que permite el ingreso solamente a la Sala de la Virgen”.
Solo se permite el ingreso de menores de 7 a 12 años, y es “sin costo”, mientras que mayores de trece años pagan, personas residentes en Malargüe $ 750 (setecientos cincuenta pesos), y público en general $ 1500 (mil quinientos pesos). El servicio de guías se abona por separado, y oscila en promedio los $ 1500 (mil quinientos pesos), por persona. La página oficial del turnero es https://turneroanp.mendoza.gov.ar/turneroanppub/servlet/com.turneroanp.solturno001.
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