Avon se presentó en quiebra en Estados Unidos después de gastar más de 200 millones de dólares en defenderse de denuncias por un supuesto talco cancerígeno.
La noticia conmovió a los mercados, pero también al mundo de la belleza. Avon se declaró en quiebra en Estados Unidos el miércoles. La empresa dijo en un comunicado que se amparó al Capítulo 11 para abordar su deuda y las responsabilidades legales derivadas de demandas que alegaban que sus productos a base de talco estaban contaminados con sustancias que causan cáncer.
La empresa cosmética Avon Products, famosa por su estrategia de venta de productos cosméticos por catálogo en regiones como América Latina, solicitó el amparo ante el Tribunal de Quiebras del Distrito de Delaware (Estados Unidos) para seguir operando mientras elaboran un plan para pagar sus deudas.
La agencia especializada en información de mercados, Bloomberg, aseguró que la empresa lleva gastados 225 millones de dólares para defenderse en distintos tribunales de 386 demandas por daños personales por el escándalo del talco que supuestamente contendría sustancias cancerígenas y según el director de reestructuración, Philip Gund la compañía “no dispone de liquidez suficiente para litigar y/o resolver los casos”.
El talco denunciado, que llevó a la empresa al pedido de quiebra, fue usado para elaborar polvos faciales y sombras de ojos y, según los denunciantes, el polvo mineral utilizado como componente está estrechamente relacionado con el desarrollo de cáncer.
La empresa Avon recibió cerca de 400 demandas por el uso de estos productos dentro de los Estados Unidos, pero a la fecha no ha detallado cuáles serían los productos contaminados con este talco y si es un problema circunscrito a ese país o si dichos productos salieron para importación alrededor del mundo.
La situación tiene antecedentes. En el año 2022 un juez ordenó a la empresa de cosméticos pagar 50 millones de dólares a una mujer en Arizona que enfermó de cáncer luego de usar productos de Avon, los cuales se demostró que estaban contaminados con amianto, mejor conocido como asbesto.
En tanto, el mes pasado un jurado le otorgó 24,4 millones de dólares a un hombre en Chicago que trabajaba como conserje en una fábrica de Avon en Illinois después de que le diagnosticaran mesotelioma.
Por su parte, Avon niega terminantemente las afirmaciones de que sus productos que contienen talco causen cáncer.
La empresa confirmó que el pedido de quiebra y reestructuración de deuda en Estados Unidos no abarca a sus operaciones en otras regiones.
“Las empresas operativas de Avon fuera de EE.UU., que continúan avanzando en iniciativas estratégicas, no forman parte de los procedimientos del Capítulo 11, y las operaciones siguen como siempre en los mercados internacionales de Avon", afirma el comunicado oficial de la empresa
La compañía Natura & Co, con sede en Brasil, adquirió Avon en 2020 y firmó un acuerdo para comprar las participaciones de capital en las operaciones de la firma cosmética fuera de Estados Unidos por 125 millones de dólares
La quiebra de Avon, los fallos judiciales y la catarata de denuncias desató (una vez más) el debate en los Estados Unidos sobre la industria del juicio contra multinacionales y la actitud de jueces que los mercados consideran proclives a fallar sin demasiadas pruebas a favor de los consumidores denunciantes.
A ese debate judicial-comercial también se suma el científico, con entidades y consumidores que aseguran (con algo de razón) que las empresas multinacionales de productos de belleza y cuidado personal no informan cabalmente y con responsabilidad de qué contienen sus productos y cómo están elaborados.
Sin lugar a duda el marketing solo dirigido a lo lindo que te deja usar tal o cual producto y ocultar los procesos de producción son el principal alimento de los mitos que rodean a la industria y terminan siendo el combustible en el cual se cocinan la denuncias y fallos que terminan, como en este caso, con las empresas en serios problemas.
