No hay trabajador o trabajadora que no sienta que cada mes gasta más de su salario en alimentos y en lo básico para su vida, sin contar aún con la readecuación de los subsidios que incrementarán el gasto de servicios en las familias.
No hay trabajador o trabajadora que no sienta que cada mes gasta más de su salario en alimentos y en lo básico para su vida, sin contar aún con la readecuación de los subsidios que incrementarán el gasto de servicios en las familias.
La incidencia del gasto de alimentos en los salarios no para de crecer, en un contexto de precios en crecimiento a nivel internacional, la Argentina encabeza ese ranking con una inflación que tiene, además de lo internacional, fuertes componentes locales.
Un informe de ODeP ubica la incidencia de la canasta básica total en junio en el 32.9% del salario, un poquito menos que los meses de abril y mayo (33.1 y 33.3) pero también levemente superior al primer trimestre del año que fue de 32.7.
El porcentaje de los ingresos que las familias deben destinar a los alimentos creció casi 10 puntos desde 2016 cuando representaba 25 puntos de los ingresos e incluso por arriba del último año antes de la pandemia (2019) que significaba el 30 por ciento.
El trabajo de la entidad se realiza en base a los salarios promedio de los trabajadores registrados por lo que se desprende que la situación es aún mucho más preocupante para los trabajadores informales que vieron perder sus ingresos por arriba de los cinco puntos contra el IPC
Los trabajadores además vieron perder sus ingresos contra la suba de precios de los alimentos más básicos como verduras, panificados, lácteos y aceites.
El tercer trimestre no parece cambiar el destino de la situación teniendo en cuenta la inflación de julio, los aumentos registrados por las consultoras privadas en las primeras semanas de agosto y el postergado reacomodamiento de los ingresos de los trabajadores.
La incidencia del gasto de la canasta básica alimentaria en los salarios lleva dos años superando el 30 por ciento. Si bien hoy está por debajo del máximo de enero del 2021 cuando superó el 34 por ciento, pero después de llegar al mínimo en noviembre del 2021 con el 31.5 hoy vuelve a crecer con riesgo de volver o superar el máximo.
Los precios de los alimentos subieron más del 20% este año, de acuerdo a la FAO alrededor de 345 millones de personas están experimentando inseguridad alimentaria, en comparación con los 135 millones antes de la pandemia .
La situación es aún más desfavorable para quienes tienen que mantener una alimentación saludable ya que según un estudio de la misma ODeP una canasta básica saludable está cerca de 20 puntos (17.3) por encima de la canasta básica alimentaria.
Los datos reflejan una realidad que ya venimos destacando; la continuidad en el proceso de creación de trabajo registrado que lleva 18 meses de crecimiento y la baja de la tasa de desempleo son datos auspiciosos pero aún no se logra romper la dinámica de los salarios bajos incluso en la mayoría de los casos apenas por encima de la línea de pobreza.
Si bien en la Argentina -como decíamos- tiene sus particularidades, la discusión del precio de los alimentos y su incidencia en los salarios es mundial ante una escalada inflacionaria que no tiene antecedentes en muchos años.
Inglaterra comenzó a discutir un impuesto a la renta extraordinaria a las cerealeras, tal como lo hizo con las empresas energéticas y de gas.
Según un análisis del diario británico The Guardian las ventas de las cuatro principales agroexportadores del mundo - Archer-Daniels-Midland Company, Bunge, Cargill y Louis Dreyfus, que controlan aproximadamente entre el 70 y el 90 % del comercio global de granos-, se han disparado, lo que genera preocupaciones de especulación.
Los precios de los alimentos subieron más del 20% este año, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y alrededor de 345 millones de personas están experimentando inseguridad alimentaria, en comparación con los 135 millones antes de la pandemia de Covid-19.
Un análisis no publicado de una ONG, al que The Guardian tuvo acceso, sugiere que algunas empresas de alimentos pueden estar aumentando sus márgenes.
El análisis encontró que Archers-Daniels-Midland aumentó su margen de ganancias al 4,46 % en el primer trimestre de este año, frente al 3,65 % del mismo trimestre de 2021, y el margen de Cargill aumentó del 2,5 % el año pasado al 3,2 % este año. Números que en el contexto mundial de ganancias e inflación son enormes.
Olivier De Schutter, copresidente de IPES-Food, el Panel Internacional de Expertos en Sistemas Alimentarios Sostenibles, y Relator Especial de la ONU sobre pobreza extrema y derechos humanos aseguró en las últimas horas que “Necesitamos mirar a los gigantes de los cereales y preguntarnos qué podrían haber hecho para evitar la crisis y qué podrían estar haciendo ahora”, apuntó tras sugerir que la reunión de líderes del G7 en Alemania este fin de semana debe comenzar a poner el sistema alimentario mundial sobre una base más resistente.
En tanto en la Argentina de las particularidades, septiembre será clave para comprobar si por un lado cambian las expectativas inflacionarias y si comienza el proceso de recomposición de los salarios que por ahora siguen subiendo por una escalera, pero muy empinada.