ESTADO DE SITIO

Alcohol cero, mejor educar y controlar que prohibir

El tratamiento de la ley de Alcohol Cero en el Congreso renueva la tentación a prohibir antes que educar y controlar. Las gestiones del sector para el consenso.

La tentación de prohibir es tan vieja como la de acometer lo prohibido. No es nuevo. En estos días en que la tele transforma en éxito la primera prohibición y la primera tentación de nuestra historia religiosa, la de reemplazar los controles y la educación por una nueva prohibición está latente, en este caso con la llamada Alcohol Cero

La nueva tentación de legisladores siempre ávidos de demagogia fácil que los transforme en titulares por un día, pone en riesgo un número incalculable de fuentes de trabajo en las industrias vitivinícolas, gastronómicas y turísticas.

La idea de reducir de 0.5 gr/lt de alcohol en sangre a cero lo permitido para circular conduciendo un automóvil, que se está discutiendo en el Congreso, no solo es impracticable e imposible de controlar sino que es de dudoso éxito para lo que se quiere implementar. Ayer Sitio Andino publicó un artículo con datos y estadísticas que reafirman que la baja a cero no ha tenido resultados positivos .

Desde la creación de los semáforos que está prohibido avanzar con la luz roja, sin embargo los incidentes de tránsito por pasar el semáforo en rojo no sólo no desaparecieron sino que es alarmante la cantidad de ellos y sus consecuencias por no respetar esa simple reglamentación.

La velocidad máxima reglamentada en las rutas nacionales es de 110 km por hora sin embargo encontrar un automóvil que circule por los accesos y rutas respetando esa máxima es más difícil que ganar el Quini 6 y hasta ahora (que sepamos) a ningún legislador se le ocurrió reglamentar que no se pueden vender autos que superen los 110 km de velocidad final

De hecho conducir alcoholizado ya tiene severas multas; retención del automóvil y el carnet hasta que se pague la multa y es un agravante para terminar en la cárcel si se tiene un incidente grave, sin embargo siguen ocurriendo accidentes y se retiran cientos de habilitaciones por año en los controles por conducir con más alcohol del permitido.

El llamado Alcohol Cero no solo es técnicamente impracticable, sino que además no es la solución frente al problema creciente de los accidentes de tránsito. Legislar insistiendo en medidas aisladas solo tiene impacto en los titulares y atentan fuertemente contra la industria vitivinícola, el sector gastronómico y el enoturismo que hoy son actividades presentes en 18 provincias argentinas.

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El Gobernador Rodolfo Suarez recibió ayer a la CoViAr para tratar el proyecto de ley de Alcohol Cero.

El Gobernador Rodolfo Suarez recibió ayer a la CoViAr para tratar el proyecto de ley de Alcohol Cero.

Ayer después de la reunión de estos sectores con el Gobernador Rodolfo Suarez, Jose Zuccardi titular de la CoViAr aseguro que “Consideramos inconsistente cualquier tipo de resolución que no aborde la problemática de la siniestralidad vial de manera integral” y agregó “Queremos aportar una visión que también nos dé la oportunidad de crear conciencia y habilitar nuevos enfoques fuera del reclamo estrictamente sectorial, que vayan más allá del límite de tolerancia cero y aborden integralmente dicha problemática haciendo foco en la prevención”.

Desde la COVIAR afirmaron que según el estudio sobre “Expectativas del consumidor” (julio de 2022) realizado por la consultora Trendsity, en el que se incorporó un módulo de preguntas sobre seguridad vial y consumo excesivo de alcohol sobre una base de casi mil encuestados en todo el país, los consumidores reconocen que para prevenir accidentes viales no hay una solución única. Así, según los resultados, se revela la necesidad de medidas integradas de corto, mediano y largo plazo, entre las que se incluyen campañas de educación, concientización y formación; controles de tránsito y mantenimiento de la infraestructura y la seguridad vial.

Otro punto a resaltar en este estudio es la valoración sobre los controles policiales relacionados con la prevención de incidentes viales. Ocho de cada diez encuestados los valora y se verifica mayor aprobación y sensibilidad entre las madres y quienes tienen hijos. La afirmación “Los controles policiales deberían ser más efectivos de lo que actualmente son” tiene 83% de aprobación, porcentaje que sube a 86% entre mujeres y personas con hijos y alcanza 87% en el Gran Buenos Aires. Junto a esto, la sentencia “Debería haber mayor cantidad de controles policiales en la calle, de noche, en zonas de alta concentración de jóvenes” tiene 82% de aprobación, valoración que llega al 86% entre quienes tienen hijos y alcanza 94% de aprobación entre conductores de camionetas y utilitarios.

Según la Organización Mundial de la Salud, solo el 23,8% de los siniestros viales en los países de la región son provocados por presencia de alcohol en conductores. Además, en los lugares en donde rige la Tolerancia Cero, estas cifras no han disminuido. Por ejemplo, en el caso Argentina y de provincias con Alcoholemia Cero como Córdoba, se registraron 335 muertes en siniestros de tránsito en 2012 (año en el que comenzó a aplicarse la medida), cifra que fue aumentando hasta llegar a 564 en 2018, según los últimos datos oficiales disponibles.

Otro dato interesante es que de los cinco países del mundo con mejores índices de seguridad vial en función de la menor siniestralidad, en ninguno de ellos hay Tolerancia Cero. En Dinamarca, Suiza y Países Bajos su límite de alcohol es de 0.5 gramos por litro de sangre; en Reino Unido: la tolerancia es de 0.8 gramos y en Suecia -el país más avanzado del mundo en materia de seguridad vial- se determinó una tolerancia de 0,2 gr para todo tipo de conductor, incluyendo a principiantes y profesionales, porque el margen de error de la medición no depende de la calidad del conductor, sino de las inevitables imperfecciones del sistema.

Zuccardi afirmó que se intenta “estigmatizar al vino para intentar sacarlo de la mesa de los argentinos tiene un impacto altamente nocivo, porque permitirá el avance de las bebidas azucaradas que son perjudiciales para la salud de los argentinos”.

La tentación por la prohibición es permanente y tan vieja como el mundo, pero también es tan viejo como el mundo su fracaso. Para bajar la siniestralidad a cero se podría prohibir la fabricación, importación y venta de automóviles, cosa que a nadie se le ocurriría.

Los países que tienen baja siniestralidad, que detallamos antes, tienen un secreto; alta rigurosidad y preparación para la entrega de la licencia de conducir y educación y control permanente.

Bajar la siniestralidad no está vinculado a perjudicar industrias y economías regionales sino a tomar lo mejor del mundo educación y control.

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