Cómo será la primera Asamblea Legislativa de Javier Milei.
Foto: Agencia NA A pocos minutos de haber asumido el control del Ejecutivo nacional, el presidente Javier Milei habló frente a sus seguidores en la explanada del Congreso y afirmó que hoy se da "por terminada una larga y triste historia de decadencia y declive" en Argentina.
Se trató de un discurso demoledor, donde reflejó un duro estado de situación socioeconómica, por lo cual sembró el terreno para comenzar a implementar su plan de gobierno, cuyas primeras 14 medidas dará a conocer este lunes junto al ministro de Economía Luis Caputo.
En ese sentido –tras hacer un extenso repaso de la herencia, que calificó como “la peor que ha recibido un gobierno en la historia”- subrayó que “no existe solución viable en la que se evite atacar el déficit fiscal”, por lo tanto anunció un ajuste fiscal en el sector público de 5 puntos del Producto Bruto Interno (PBI), “que caerá sobre el Estado y no sobre el sector privado”.
Mencionó la emisión monetaria durante el gobierno de Alberto Fernández como “la única causa de la inflación empíricamente cierta y valida en términos teóricos”, que –según su visión- legó un terreno fértil para la aparición de una nueva hiperinflación.
“Haremos todos los esfuerzos posibles para evitar esa catástrofe, que llevaría a la pobreza al 90 por ciento y a la indigencia al 50%. No hay solución alternativa al ajuste ”, advirtió. Fue la frase que más repitió en su discurso.
No obstante, aclaró que la "bomba" que dejó la administración saliente tendrá "resabios", que graficó como 24 meses más de suba de precios. "Seguiremos pagando los costos del desmadre del gobierno saliente. Haber emitido no es gratis; lo vamos a pagar en inflación", analizó.
Si quedaba alguna duda respecto a cómo implementará su programa de gobierno, Milei dejó claro que todas las acciones apuntarán a un "shock", sin lugar a decisiones "gradualistas".
"No hay lugar a discusión entre shock y gradualismo. Todos los programas gradualistas terminaron mal y los de shock, salvo una excepción, fueron exitosos", manifestó el nuevo presidente ante el público.
"Desde el punto de vista teórico, si un país carece de reputación, no habrá inversionistas hasta que vean el ajuste fiscal. En otras palabras, no hay plata para el gradualismo, ya que para eso necesitamos financiamiento", lanzó.
Saliendo un poco del tono pesimista, prometió que una vez sobrepasadas las medidas duras para atacar la inflación, "la situación comenzara a mejorar: habrá luz al final del camino". En contrapartida, marcó que "la propuesta sensiblera progresista derivará en una híper que llevará al país a la peor crisis de su historia".
Milei intentó llevar tranquilidad a la población respecto a que las medidas de ajuste tendrán un impacto negativo en el corto plazo, pero serán beneficiosas en el largo. "Damos inicio a la reconstrucción del país", dijo.
Confirmó que habrá estanflación, aunque planteó que "no es distinto a lo que ha pasado los últimos doce años". "Hace más de una década que vivimos en estanflación. Es el ultimo mal trago para comenzar la reconstrucción de Argentina", contextualizó.
Reforzó la idea de que el ajuste será "ordenado" y que caerá "con todas sus fuerzas sobre el Estado, y no sobre el sector privado". "Será duro", admitió. Y citando a Julio Argentino Roca, destacó que "nada grande, estable y duradero se conquista si no es a costa de supremos esfuerzos".
A la hora de enumerar "el nivel de deterioro" social que -tal su percepción- heredó del kirchnerismo, apuntó contra las organizaciones sociales que funcionan como intermediarias a la hora de cobrar un plan de gobierno.
"El nuevo contrato social que eligieron los argentinos contiene a quienes lo necesitan, pero no se deja extorsionar por los que utilizan a los que menos tiene para enriquecerse", disparó.
En ese sentido, adelantó que aquellos beneficiarios de planes sociales que participen de las marchas o protestas que impliquen corte de tránsito, dejarán de percibir el programa que abone el Estado. "El que corta no cobra", resumió.
"Los planes contra la pobreza generan más pobreza y la única forma de salir es con más libertad", sintetizó respecto a la política social que aplicará en su gobierno. Si bien mantendrá los planes, el objetivo es reemplazarlos paulatinamente por empleo formal.
Sobre el cierre de su discurso, Milei señaló que su gobierno "no es un proyecto de poder, sino de país". Y a la clase política le dijo que "no venimos a perseguir a nadie ni saldar viejas vendettas".
"No pedimos acompañamiento ciego, pero no toleraremos que la hipocresía o ambición de poder interfieran con el cambio que elegimos los argentinos", subrayó. "A los dirigentes que quieran sumarse a la nueva Argentina los recibiremos con los brazos abiertos. No importa de dónde vengan y qué hayan hecho antes, sino hacia dónde quieran ir", completó al respecto.
"Se van a encontrar con un presidente con convicciones inamovibles. No vamos a claudicar, retroceder, ni rendirnos; vamos a avanzar con los cambios que el país necesita, abrazando las ideas de la libertad, que es la única salida del pozo en el que nos han metido", aseveró el presidente.
Al final del discurso, el Jefe de Estado argentino reconoció que "el desafío que tenemos por delante es titánico, pero la verdadera fortaleza se mide en cómo se enfrenta; y trabajaremos sin descanso para llegar a destino".
Tras haber detallado el estado de situación y dar a conocer las medidas de ajuste que aplicará, se sinceró: "Prefiero decirles una verdad incómoda, antes que una mentira confortable". "Estoy convencido que vamos a salir adelante", sentenció.
Ya para el punto final dejó su frase de cabecera: "Que las fuerzas del cielo nos acompañen en este desafío. Será difícil, pero lo vamos a lograr. Viva la Libertad Carajo".