agresivo

Discutió con su vecina y la mató de cinco puñaladas

La víctima tenía 29 años y, según dijeron los vecinos, peleó con un joven del barrio porque casi golpea a su madre con una botella de vidrio.

Por Sección Policiales

Los gritos y el ruido de los golpes hicieron que los vecinos del estrecho pasaje del barrio "La Mago" en Tucumán fueran abriendo uno a uno sus puertas y ventanas, el domingo a la siesta. Lo que ninguno imaginó es que se encontrarían con una joven madre muerta dentro de su casa.

Marcela Sérpico, como la identificó la Policía, tenía 29 años y recibió cinco puñaladas durante una violenta discusión con un joven que vive a unos 100 metros de su vivienda, situada a la altura de Rondeau al 4000. El sangriento hecho sucedió a las 15 y movilizó a toda la cuadra.

Según relataron los vecinos, el agresor estaba en avanzado estado de ebriedad y arrojó una botella de vidrio que casi impacta contra la madre de Marcela, una mujer discapacitada que estaba sentada en la puerta de su casa. Esa situación enfureció a Marcela, que intentó ahuyentar a los gritos al agresor. Pero el individuo reaccionó de la peor manera: sacó un cuchillo y se abalanzó sobre la mujer.

Los vecinos le dijeron a la Policía que en ese momento se produjo un forcejeo entre ambos hasta que el agresor se retiró del lugar, llevado a la fuerza por un hermano. "Como escuché los gritos, salí y la vi a Marcela con una mancha de sangre debajo del pecho izquierdo. Le pregunte qué le pasaba y me dijo que estaba lastimada, después se dio vuelta y entró a su casa", contó una vecina, que pidió resguardar su identidad.

La mujer siguió a Marcela pero, cuando entró a la vivienda, la joven se desplomó en el piso. Entonces los vecinos llamaron a una ambulancia que la trasladó al hospital Padilla, pero llegó sin vida. Según confirmaron los policías que trabajaron en el lugar del hecho, Marcela había recibido cinco puñaladas.

Los habitantes de la cuadra aseguraron conocer al homicida, que tendría 20 años, y denunciaron que están hartos de vivir amedrentados por el individuo. Señalaron, además, que el joven salió hace poco tiempo del penal de Villa Urquiza, donde cumplía una pena por asaltar a un colectivo de la Línea 9 y amenazar a una pasajera.

"Necesitamos policías porque acá hay noches que no se puede dormir, andan tirando piedras y robando. A los chicos les viven quitando las zapatillas", se quejaron los vecinos, atemorizados por la presencia del homicida que hasta anoche no había sido encontrado por la Policía.

Mientras los vecinos aclamaban seguridad, los familiares de Marcela lamentaban su muerte y el futuro de los hijos de la mujer. Afirmaron que la víctima tenía una beba de dos años y un chico de 10 años, ambos a su cargo. Además, era ella quien cuidaba a su madre, una mujer de 78 años que no puede caminar. Para poder sacar adelante a su familia, Marcela trabajaba como empleada doméstica.

Ayer los vecinos se preguntaban qué pasará ahora con esos niños y con esa mujer, que presenció el asesinato de su hija sin poder intervenir ni gritar.

Fuente: Contexto

LO QUE SE LEE AHORA
La agresión ocurrió en Chile y Castelli de Luján de Cuyo.

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