En la tarde de ayer un llamado en el despacho del fiscal Daniel Carniello, el encargado de investigar el robo a la joyería Vendemmia, cambiaría, en parte, el rumbo de la investigación. Sucede que del otro lado del teléfono un abogado confirmaba que tenía en su poder la corona vendimial y quería entregársela.
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Por esto, alrededor de las 22, Martín Ríos llegó al despacho de Carniello con un paquete en su mano en cuyo interior se encontraba la tan buscada y costosa pieza.
Según trascendió, Ríos no brindó información respecto a su cliente, quien sería la persona que tenía en su poder la corona desde el día del robo. El abogado se amparó en el secreto profesional, dejó en manos de Carniello la corona y se retiró del despacho.
Minutos después, la cúpula de Seguridad, encabezada por Carlos Aranda mostró a la prensa la pieza recuperada y aseguraron que permanecerá custodiada por el Grupo GES en un lugar, esta vez , secreto.
En tanto, el resto del botín sustraído aún no aparece.