La mujer que permaneció tres meses secuestrada en una casa de Coronel Suárez confesó que le hicieron comer excrementos de perros y subrayó que, tras varios intentos de escape, si pasaba "dos días más, me moría". De todas formas, aclaró que no siente odio contra los secuestradores: "No me gusta ser juez de nadie porque creo en Dios y la Justicia va a llegar".
En declaraciones televisivas, Sonia Marisol Molina subrayó que "primero me daban lo que ellos comían, las sobras; y después me empezaron a dar polenta, comida para perros, fideos crudos". "La comida para perros fue un manjar en comparación a otras cosas que tuve que comer, como excremento para perros", acusó.
Molina sostuvo que "dentro de la casa Estefanía (Heit) era igual de culpable que (José María) Olivera. Hacían todo un juego psicológico para desestabilizarme. Lo planificaban entre ambos". Precisó, incluso, que luego de filmar los abusos sexuales del pastor, le mostraban los videos para amenazarla.
"Todos los días era lo mismo: puertas para adentro mostraba una personalidad y puertas para adentro, otro", explicó en relación a la periodista Heit. Mientras que en relación a Olivera dijo: "Yo lo conocí siendo pastor, lo conozco en la casa de mi hermana. Además del ultraje y todo lo que pasó, siento que fueron tres años de engaño a mi familia, de haber abusado a la confianza y dignidad".
La mujer aseguró que tuvo que sacar fuerzas para poder escaparse debido a su estado físico y psíquico. "Pensé en lo positivo de lo que tiene la vida, que siempre hay que sacar las cosas buenas y seguir adelante, pensé en mi hija y dije puedo hacerlo. Todo eso me sirvió para salir de ahí, era la última oportunidad que tenía". "Habían decidido que yo no iba a salir más de ahí. Olivera decía si dejo salir a esta negra de mierda, nos va a terminar denunciando", concluyó.
Fuente: Minuto Uno