La Cuarta Cámara de Apelaciones en lo Civil dio vuelta el fallo de primera instancia y condenó al club Godoy Cruz Antonio Tomba a pagarle más de $2,6 millones (más intereses) a un arquitecto y un ingeniero que diagramaron y ejecutaron una serie de obras en el club, sin cobrar los honorarios correspondientes.
El primer fallo, en manos del Cuarto Tribunal de Gestión Asociada, había aceptado "parcialmente" la demanda de los profesionales, pero tras la apelación, los jueces Claudio Ferrer, Claudio Leiva y Beatriz Moreau aceptaron el planteo.
La demanda la iniciaron el arquitecto Jorge Leiva y el ingeniro Manuel Roberto Cantalejos, quienes lideraron a mediados del 2012 una serie de obras realizadas en el club, sobre calle Balcarce al 400.
Allí se construyeron oficinas, un buffet, un gimnasio y un salón para merchandising. Los denunciantes afirmaron que todos los trabajos quedaron acreditados en distintos expedientes de la Municipalidad de Godoy Cruz y aclararon que los mismos fueron concluidos en perfecto estado, "sin que existieran reclamos al respecto".
Sin embargo, aseguraron que el club "nunca cumplió con el pago de los honorarios" y que cada vez que se realizó un reclamo "obtuvieron respuestas evasivas".
En tanto que también agregaron que de los cuatro certificados de avance de obra que se emitieron, sólo cobraron los dos primeros, mientras que los restantes quedaron pendientes.
De esta forma, los profesionales solicitaron al Colegio de Arquitectos de Mendoza y al Consejo profesional de Ingenieros y Geólogos de Mendoza, la determinación del monto por el trabajo realizado y luego de establecidos esa cantidad de dinero fue reclamada al club por carta documento que nunca fue respondida.
Godoy Cruz, con la representación de Mariano Godoy Lemos, rechazó el planteo y aseguró que abonó a los denunciantes, desde el 2012 hasta el abandono de la obra, más de $3 millones.
Sin embargo, los magistrados intervinientes aceptaron el planteo de los denunciantes y firmaron una sentencia por $2.633.533,63, monto al que se le deberá sumar los intereses originados en las resoluciones de primera y segunda instancia. En tanto que las costas del proceso también quedarán a cargo del club.
Mirá el fallo de la Cámara de Apelaciones:
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