Opinión

Un festejo impune alejado de la realidad y de los mendocinos

Se dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra; y en este caso dos, tres, cuatro y así.

Podríamos creer que acontecimientos como el velorio de Diego Armando Maradona, la despedida al Loco Julio y algún banderazo de los hinchas de Independiente Rivadavia alguna enseñanza había dejado para una sociedad que sigue contando cada día de a cientos los fallecidos por Covid, mientras miles y miles de ciudadanos se quedan en sus casas, cumplen protocolos al extremo para cuidarse a ellos y a su prójimo o ponen el brazo a los 17 millones de vacunas que ya llegaron al país.

Sin embargo parece que no, que hay una parte importante de la ciudadanía y su dirigencia que no entiende, no comprende la situación. Los acontecimientos vividos en la noche del lunes y en la tarde noche del martes con los festejos del centenario de Godoy Cruz Antonio Tomba son inconcebibles.

La Justicia investiga los festejos por el centenario de Godoy Cruz: habrá imputaciones

¿Cómo se puede entender que la dirigencia del Club (principal responsable) y las autoridades de los estados Municipal y Provincial hagan la vista gorda ante tal demostración de desinterés por la salud de la población y la violación clara y sistemática de las normas?

En Mendoza está prohibida la venta y uso de los fuegos artificiales. Cada Año Nuevo soportamos el dedito altivo de los funcionarios amenazando con multas astronómicas y hasta la detención a quien venda un petardo o tire una bengala para recibir el nuevo año. En Mendoza se desterró unas de los más bellos espectáculos de cada marzo, el cierre con fuegos artificiales de la Fiesta Nacional de la Vendimia. Sin embargo, a las 0 horas de este martes el Gran Mendoza parecía Bagdag bajo el fuego de las tropas estadounidense. Cientos -pero cientos en serio- de explosiones provocadas por los fuegos artificiales de los hinchas (¿hinchas?) tombinos se escucharon hasta en el Gran Mendoza.

¿Quién los vendió, quién los entró a una provincia donde están prohibidos? Todo el mundo futbolero y los vecinos de Godoy Cruz sabían lo que se venía. Los únicos que no se enteraron fueron las autoridades municipales y provinciales que hasta pusieron el canal estatal de la provincia para que el presidente de la institución diera la voz de largada con el brindis a las 12 de la noche.

Pero si creíamos que todo terminaba allí, lo de la tarde del martes supero aún más el descontrol. Otra vez todos lo sabían, tanto que a través de las redes sociales la Municipalidad advertía que se realizarían cortes de transito en los alrededores de la Plaza del departamento y pedían colaboración a las fuerzas de seguridad provinciales que una vez más, como siempre en todo lo relativo al fútbol, fracasaron estrepitosamente.

El fútbol es una de las esencias de nuestra cultura pero se ha transformado en un espacio donde al parecer nadie puede entrar a poner orden. Si las Fuerzas de Seguridad no están preparadas para armar un operativo disuasorio con antelación a un evento que todo el mundo conocía de antemano estamos ante un fracaso enorme de estas autoridades del área.

¿No se puede disuadir en una situación sanitaria gravísima (como admitió el propio gobernador en la tarde del lunes) una caravana de automóviles y personas que se sabia por dónde iba a pasar y dónde terminaba?

¿Nadie pudo coordinar con las autoridades del Club Godoy Cruz y del Municipio un operativo para desmantelar el Covid Fest que se avecinaba?

¿En serio nadie es capaz de hacer circular a la caravana y que no se concentren dentro de un estadio, que para colmo no tiene sus tribunas inhabilitadas por problemas de infraestructura como confesó el propio municipio?

El mes de mayo cerró con 26.732 nuevos contagiados y un promedio diario 862.3 casos de coronavirus; buen arranque para junio será la concentración de hinchas tombinos, apañados por el Estado y el Club, después de que cientos de miles de mendocinos cumplimos con nueve días de restricciones, quedándonos en nuestras casas desde las seis de la tarde y miles de negocios de Mendoza cerraban sus puertas o atendían con cuenta gotas para cumplir con la ley.

Pero por si la bronca y el asombro no alcanzaban, llegó el silencio absoluto del Gobierno Provincial -cuyo aparato de seguridad fracasó estrepitosamente- y el comunicado de la Municipalidad de Godoy Cruz, deslindando la responsabilidad en la Provincia y anunciando una multa de apenas 150 mil pesos al club. Recién cerca de la medianoche el Gobernador, mediante twitter, repudió los acontecimientos y prometió investigaciones. Nada dijo de la inoperancia de su equipo de Seguridad

La Municipalidad de Godoy Cruz culpó a la policía y justicia por los festejos en el club

Los whatsapp y las redes sociales estallaron de bronca. En un grupo de gente relacionada al negocio turístico y gastronómico uno de sus participantes contaba los operativos municipales de la tarde del lunes para colocar multas a quienes tuvieran parlantes en la calle y otro recordaba la multa de $50 mil que sufrió hace muy poco el dueño de una cancha de paddle por vender gaseosas a los jugadores y no tener la planilla completa de quienes iban a jugar.

Hay una parte de la sociedad (caracterizadas últimamente como minorías intensas) y gran parte de la dirigencia política que parecen no entender que están jugando con fuego; no solo por la bronca del resto de la sociedad que se esfuerza en cuidarse y cuidarnos y hasta pone en juego su futuro económico, sino por la vida de todos los mendocinos.

Durante años se habló de la relación muy borrascosa entre el Club Godoy Cruz Antonio Tomba y gran parte de la política mendocina y este affaire del centenario solo agrega más datos a ese rumor que ya casi es certeza.

Imposible no recordar en este contexto la delegación de políticos y de hinchas privilegiados viendo el partido Godoy Cruz-River en el estadio cuando el público estaba prohibido en las plateas. Tan imposible como no pensar en los cientos y miles de médicos, enfermeros, camilleros, trabajadores de la salud que ya no dan más ni de su cuerpo ni de su psiquis ni de su alma que serán quienes tendrán que poner el cuerpo en un sistema de salud casi colapsado para salvarle la vida a muchos de los ignorantes de ayer.


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