Carteles de Hollywood que son un prodigio del diseño

Por Sección Fotografía

Ya sea por el uso de técnicas diferentes, su capacidad de crear impacto visual, de sintetizar emociones o por mostrar universos autorales únicos, los pósters, como las propias películas, son una fuente inagotable de historias que cobran su verdadero sentido cuando pasan por la retina de la audiencia:

Gilda (Charles Vidor, 1946) Nos lo ponemos fácil para empezar, los clásicos son los clásicos. El afiche de Gilda, aparte de haber inmortalizado un mito, es un ejemplo claro de cómo los recursos meramente plásticos acompañaron durante décadas el cartelismo de cine, a menudo tirando de foto pintada para colorear el blanco y negro de los años treinta y cuarenta. DISEÑO: DESCONOCIDO. FUENTE: IMP AWARDS.

 

Anatomía de un asesinato (Otto Preminger, 1959) No hay tienda de carteles que se precie que no ofrezca un abanico de obras del diseñador para cine más conocido del mundo, Saul Bass, responsable del imaginario gráfico de cineastas inmortales de los cincuenta como Alfred Hitchcok u Otto Preminger. Su gran aportación: la capacidad de síntesis. DISEÑO: SAUL BASS. FUENTE: IMP AWARDS

Ben-Hur (William Wyler, 1959) Esas enormes letras de piedra son inconfundibles, marcaron una forma de representar los relatos épicos (y con mayor despliegue de medios) de algunos episodios remotos de la historia que tanto gustaban a los productores de mediados del siglo XX. DISEÑO: JOSEPH SMITH. FUENTE: IMP AWARDS

¿Vencedores o vencidos? (Stanley Kramer, 1961) Muchas grandes producciones de los sesenta tenían carteles llenos de estrellas con sus correspondientes luchas de ego. En este caso, una magistral sobriedad gráfica posibilitó publicitar el conocido reparto de manera equitativa sin traicionar la solemnidad de los juicios de Nuremberg. DISEÑO: DESCONOCIDO. FUENTE: IMP AWARDS

Taxi driver (Martin Scorsese, 1976) Los rincones urbanos y algunos de sus oscuros habitantes fueron fuente de grandes dramas en los setenta y de sus correspondientes carteles, que se han convertido en auténticos iconos gráficos como este. DISEÑO: GUY PEELLAERT. FUENTE: IMP AWARDS

1997: escape de Nueva York (John Carpenter, 1981) En los setenta y ochenta se puso de moda el cine de catástrofes y muchas de sus gráficas hacían honor a su género. No es el caso de este cartel de lograda composición diagonal y un punto de atención tan potente como la cabeza desplomada de la Estatua de la Libertad. DISEÑO: BARRY E. JACKSON. FUENTE: IMP AWARDS

Golpe en la pequeña China (John Carpenter, 1986) Drew Struzan es un referente indiscutible del cartelismo estadounidense, presente en sagas inevitables como Star Wars o Indiana Jones (incluso nuestro Torrente tuvo su Struzan). Su filigrana es un sello indeleble del cine comercial de los ochenta y un estilo que se sigue utilizando hoy en día para publicitar películas y series de gran presupuesto. DISEÑO: DREW STRUZAN. FUENTE: IMP AWARDS

El piano (Jane Campion, 1993) En los noventa, Photoshop relegó los carteles ilustrados y abrió la puerta a recargados fotomontajes con enormes caras. Afortunadamente, en este caso aplicaron la máxima de componer la imagen desde la propia realidad, poniendo el peso en los personajes más que en el reparto; la fotografía pudo hablar por sí sola, sin necesidad de artificios. DISEÑO: KELLERMAN DESIGN. FUENTE: IMP AWARDS

El paciente inglés (Anthony Minghella, 1996) El amor épico fundiéndose en la arena del desierto. El retoque fotográfico nos ha regalado en ocasiones texturas tremendamente plásticas que potencian la promesa de emoción. DISEÑO: INDIKA ENTERTAINMENT ADVERTISING. FUENTE: IMP AWARDS

La guerra de las galaxias. Episodio I: la amenaza fantasma (George Lucas, 1999) Cuando se reavivó la fiebre de Star Wars, la publicidad de la película supo mantener la calma. Basta una sutil sombra icónica para imaginar la biografía entera de uno de los villanos más queridos de todos los tiempos. DISEÑO: NEW WAVE CREATIVE. FUENTE: IMP AWARDS

Vicky Cristina Barcelona (Woody Allen, 2008) Salirse del cuadro no era algo que se permitiese a muchas estrellas de cine hasta que a alguien se le ocurrió instar a los cerebros a completar las imágenes y generar así más ganas de saber qué se esconde tras el cartel. DISEÑO: IGNITION - LA. FUENTE: IMP AWARDS

Cisne negro (Darren Aronofsky, 2010) El 'star system' a veces ocupa todo el cartel, pero en este caso un mero detalle aporta todos los matices necesarios para generar los interrogantes que empujen a entrar a la sala. ¿Por qué está rota esta delicada piel de porcelana? DISEÑO: EMPIRE DESIGN. FUENTE: IMP AWARDS

Entre copas (Alexander Payne, 2004) La comedia y el dibujo siempre se han llevado bien. A mediados de los 2000 la ilustración empezó a reconquistar el cartelismo. A veces es suficiente un concepto claro contado en dos trazos para poner en antecedentes a la audiencia. DISEÑO: XL - UNION+WEBSTER. FUENTE: IMP AWARDS

La ciudad de las estrellas, La La Land (Damien Chazelle, 2016) El cartel de La La Land es una invitación a bailar, un homenaje clarísimo a los grandes musicales de los años cincuenta y sesenta y un astuto mecanismo de ocultación de las zonas amargas de esta historia de amor cantado. DISEÑO: LA. FUENTE: IMP AWARDS

Langosta (Yorgos Lanthimos, 2015) Algunas películas, aunque lleven grandes caras de Hollywood en su ADN, se pueden permitir un aire tan sofisticado y cultural como este cartel cuyo maravilloso uso del vacío genera todo tipo de preguntas. Se hicieron diferentes versiones porque en las redes sociales caben muchos carteles de una sola película. DISEÑO: VASILIS MARMATAKIS. FUENTE: IMP AWARDS

Moonlight (Barry Jenkins, 2016) Tres miradas en un solo rostro, un virtuoso uso del color, la composición y del retoque para mirar de frente al espectador. Por algo ganó el Oscar a la mejor película. DISEÑO: INSYNC PLUS. FUENTE: IMP AWARDS

Call me by your name (Luca Guadagnino, 2017) Un amor iniciático con mucho cielo de verano donde ubicar las buenas críticas y los merecidos premios. En el cartel falta el Oscar a mejor guion adaptado que ganó en 2018. DISEÑO: CARDINAL COMMUNICATIONS USA. FUENTE: IMP AWARDS

La forma del agua (Guillermo del Toro, 2017) Mundos oníricos y amores posibles, esta fábula de Guillermo del Toro tiró de códigos plásticos para ser fiel al particular universo de su película. Buen manejo de una oscuridad subacuática que transmite emociones muy reales en un mundo inventado. Fantástico también ese zapato hundiéndose. DISEÑO: MIDNIGHT OIL. FUENTE: IMP AWARDS

Wonder Woman 1984 (Patty Jenkins, 2020) Las sagas con superpoderes siempre hacen honor a su origen gráfico y aprovechan el poderío de producción para generar carteles espectaculares. Este teaser de la última secuela de la heroína más rentable de la historia del cine jamás pasaría desapercibido. DISEÑO: WORKS ADV. FUENTE: CINEMATERIAL

Los nuevos mutantes (Josh Boone, 2020) Los taquillazos más recientes se atreven con fórmulas plásticas poco habituales en este tipo de películas, adueñándose de códigos gráficos propios de las redes sociales y el arte callejero que dan de lleno en el gusto de las nuevas generaciones. DISEÑO: IGNITION. FUENTE: IMP AWARDS

The french dispatch (Wes Anderson, 2021) Lo poco que llevamos de esta rara década ha dado lugar a pequeñas joyas del cartelismo como esta, no apta para todos los públicos (obra, por cierto, de un dibujante español). Porque Wes Anderson, como integrante de una privilegiada élite de mentes creativas, vende sus películas como le da la gana. Gran noticia para el diseño de carteles. DISEÑO: JAVIER AZNAREZ. FUENTE: IMP AWARDS

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