por el coronavirus

Los pastores del sur en la picota

Una llamativa sucesión de acontecimientos han dejado a los pastores evangélicos de San Rafael en medio de la escena mediática, en polémicas falsas informaciones, discusiones en las redes sociales y hasta imputados ante la Justicia.

Al hecho de que un pastor habría sido señalado como el paciente cero que por visitar a los padres de una enfermera, habría terminado contagiando a esta, que fue a cuidarlos, y a una decenas de "hermanos en la fe", supuestamente visitados por el líder religioso en sus propias casas, hay que sumarle otros hechos también con pastores como protagonistas.

El primero, fue el pastor y pediatra malargüino que salió a aclarar su situación en una nota a SITIO ANDINO, resaltando que él es familiar político de la enfermera, precisamente cuñado. Y que en su propia congregación zafaron de casos positivos.

Luego, otro pastor, en este caso Víctor Doroschuk, que en Facebook afirmó que "el sistema" estaría perjudicando la evangelización, finalmente fue uno de los pocos que aceptó cumplir con las normativas de distanciamiento social, primero, y cierre de templos, después.

Sin embargo, en Canal 9 de Buenos Aires, parece que alguien leyó mal una crónica difundida por una agencia de noticias, y terminaron haciéndolo responsable injustamente de los contagios en el sur mendocino.

Fue una semana de caos. El lunes feriado, aquel primero pastor supuesto paciente cero, cuando se enteró de que el anciano que había visitado murió con coronaviurs, aunque con comorbilidad que hace más creíble la hipótesis de que su fallecimiento se debía a otras patologías graves que padecía, tomó una drástica decisión que fue abortada a tiempo.

El pastor, cuentan las fuentes policiales, quiso escapar del piso del hospital Schestakow donde estaba aislado, junto a una docena de internados, a la sazón miembros de su congregación.

Se señala que la llegada a tiempo de la ayudante fiscal Victoria Salas, y la información precisa de que "en caso de huir, serían pasibles de una imputación grave", como es la que se tipifica en el art. 202 del Código Penal, que sanciona con hasta 15 años de prisión a los que dolosamente propagasen una pandemia, permitió calmar los ánimos.

Pero la policía y la Justicia los tiene de protagonistas en forma repetida a los líderes religiosos todavía este fin de semana. Es que desde que el intendente Emir Félix prohibió las reuniones eclesiásticas, todos esperaban ver el comportamiento en los templos.

Y sucedió lo de anoche: una esposa de un pastor de la Iglesia Universal, ubicada en avenida Hipólito Irigoyen al 500, pleno centro sanrafaelino, fue visitada por la Policía ante un llamado a un vecino que daba cuenta de que habían abierto el templo.

Ella habría intentado explicar que sólo fueron a llevarle donaciones, pero igualmente alguna irregularidad se descubrió en el procedimiento porque fue imputada por el art. 205 del CP.

Para colmo, como la paranoia generalizada transita en torno a la clásica pregunta "de dónde vino el virus", cuando se supo que esta mujer tenía domicilio en Mendoza, la duda inmediata que surgió fue "¿cuándo llegó y si tuvo permiso?", dudas que ahora serán esclarecidas en el proceso judicial iniciado en su contra.

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