Científicos descubrieron que la Tierra recibe señales de otra galaxia coordinadamente y podría tratarse de un mensaje de civilizaciones avanzadas.
Científicos descubrieron que la Tierra recibe señales de otra galaxia coordinadamente y podría tratarse de un mensaje de civilizaciones avanzadas.
Son explosiones de radio, llamadas ráfagas de radio rápidas (llamadas FRB), que llegan del espacio exterior aproximadamente una vez por hora durante cuatro días, luego cesan y vuelven a comenzar 16 días después.
Estas emisiones de radios fueron analizadas por un equipo de científicos espaciales de Canadá, que por más que lo intentaron no pudieron determinar con exactitud la fuente de las señales.
Para los más escépticos no sería más que el ruido de dos estrellas chocando, pero hay quienes creen que podría tratarse de mensajes de otras civilizaciones.
En otras oportunidades se habían detectado señales similares, pero siempre por períodos cortos de tiempo, por lo que es muy difíciles estudiarlas.
En 2007 se detectaron por primera vez, y desde entonces algunas veces más, pero solo 10 de ellas fueron repetitivas.
En esta nueva búsqueda, cuyos resultados se publicaron en arXiv, se detectó el primer FRB que se repite en ciclo constante.
Los investigadores estaban estudiando datos del radiotelescopio utilizado por el Canadian Hydrogen Intensity Mapping Experiment. Cuando vieron el FRB, rastrearon 400 observaciones realizadas con el telescopio y determinaron que el FRB se repetía en un patrón constante de 16 días.
Se observó que las señales de FRB llegaban aproximadamente una vez por hora durante cuatro días y luego cesan repentinamente, solo para comenzar de nuevo 16 días después.
El patrón repetitivo sugiere que la fuente podría ser un cuerpo celeste de algún tipo que orbita alrededor de una estrella u otro cuerpo.
En tal escenario, las señales cesarían al ser obstruidas por el otro cuerpo.
Pero eso todavía no explica cómo un cuerpo celeste podría enviar tales señales de manera regular.
Otra posibilidad es que los vientos estelares estén aumentando o bloqueando alternativamente las señales de un cuerpo detrás de ellos.
O podría ser que la fuente sea un cuerpo celeste que está girando.
Sobre el origen, los investigadores rastrearon la señal hasta una galaxia espiral a unos 500 millones de años luz de distancia.
Sugieren que la tecnología futura podría determinar cuál de los objetos en la galaxia está enviando los FRB y tal vez revelar cómo lo está haciendo. Fuente: Contexto