Raúl Moneta, que falleció hoy a los 74 años, fue el banquero estrella en la década del menemismo a partir de su vinculación con el poder, como también por su exposición mediática, que lo transformó en un personaje de la farándula.
Raúl Moneta, que falleció hoy a los 74 años, fue el banquero estrella en la década del menemismo a partir de su vinculación con el poder, como también por su exposición mediática, que lo transformó en un personaje de la farándula.
Nacido en Buenos Aires, Moneta comenzó su ascenso social en la provincia de Mendoza, donde se transformó en un empresario reconocido por sus negocios, como también por sus actividades vinculadas con el espectáculo.
Fue impulsor y soporte financiero del programa "Argentina en Mendoza", que consistía en fiestas populares en la capital provincial con desfiles de caballos criollos y de imágenes de vírgenes de todo el país.
Su vertiginoso ascenso empresario comenzó cuando tomó el control de los bancos de Mendoza y de Previsión Social, privatizados por el gobierno de Arturo Lafalla, y que siguió y se consolidó a través del Banco República, que le dio notoriedad y lo convirtió en "el banquero del poder".
Su amistad con el entonces presidente Carlos Menem le abrió puertas y le permitió ampliar en forma notoria sus opciones de negocios, credenciales que lo animaron a incursionar en el mundo de los medios de comunicación con una impronta oficialista.
Moneta nunca trató de evitar la exposición pública, todo lo contrario, solía aparecer en revistas de interés general y se codeaba con personajes de la farándula porteña, tanto artistas como hombres de negocios.
Con el fin del ciclo menemista, en el nuevo milenio Moneta comenzó a desprenderse paulatinamente de sus empresas mientras la justicia empezaba a investigarlo.
Bajó su exposición pública aunque sin perder sus contactos con el poder, y durante la etapa kirchnerista mantuvo su participación en medios de comunicación en sociedad con empresarios como Matías Garfunkel y Cristóbal López, entre otros.
Formaron multimedios de tinte oficialista que se mantenían con la pauta publicitaria oficial, y de los cuales se desprendieron a partir del cambio de gobierno en 2015.
Otros procesos judiciales que tuvo en su contra estuvieron vinculados con una denuncia por extorsión a accionistas de Cablevisión, a la vez que fue investigado por el caso de la compra de la imprenta Ciccone, por la cual fue encarcelado el ex vicepresidente Amado Boudou.
Asimismo, fue citado a declarar en la causa de los cuadernos de la corrupción, aunque no pudo concurrir a Tribunales por su complejo estado de salud. Fuente: Télam