Dieron gracias a Dios por poder regresar de los valles cordilleranos y reencontrarse con su familia luego de largos meses de ausencia.
GENTILEZA
Este último fin de semana los puesteros malargüinos, en Bardas Blancas vivieron su Fiesta Vuelta del Veranador, el festejo por el reencuentro familiar y el agradecimiento a Dios por regresar desde los valles cordilleranos y luego de cinco meses de ausencia y por la buena crianza de su ganado caprino.
Como ya es tradición desde hace dos décadas, y en la primera quincena de abril, los crianceros malargüinos se reúnen en la localidad de Bardas Blancas, distante 60 kilómetros de la ciudad Malargüe para vivir su Fiesta Vuelta del Verandor.
Este festejo se realizó en 2015 el pasado 10, 11 y 12 de abril, ese reencuentro de aquellos que marcharon a plena cordillera, a los campos de veranada, en octubre y noviembre pasado y que recién vuelven a sus hogares por estos días, dando lugar a una de las actividades más significativas de los crianceros de montaña, la trashumancia, el traslado de sus piños de chivos de los verdes valles a sus campos de invernada.
La actividad muchas la mayoría de las veces sólo la hacen los hombres, pero otras tantas, estos puesteros son acompañados por su familia, que viven en medio de la Cordillera de Los Andes en rusticas viviendas que son reconstruidas todos los años, ya que el crudo invierno y las nevadas producen estragos en esas estructuras, principalmente en los techos construidos de jarilla y arbustos de alta montaña.
Y porque se realiza este trabajo rural ancestral?, porque los criadores de chivos, como sucede en otras latitudes del planeta, en los Alpes o el Himalaya, porque es esas alturas donde se dirigen en primavera y verano para proporcionar pastos y agua a las cabras que en ese momento están amamantando a su cría, asegurando una mejor nutrición, sanidad, por el ambiente andino, y por ende una mejor calidad de chivito para faena, que es la base de sus economías.
Y ese retorno a los puestos del llano reúne a todos los vecinos del campo, en una celebración que es un homenaje a los puesteros, a los veranadores que murieron en los temporales cordilleranos. Y el lugar elegido es Bardas Blancas, a orillas del Río Grande, porque es por ese corredor donde transitan con su ganado, porque es el lugar que eligen por ser el de más acceso entre los escarpados cerr0os.
Y desde hace veintitrés años que en torno a la Fiesta del Veranador, estos crianceros se reencuentran con sus familias luego de una pintoresca cabalgata, para luego en un gran almuerzo comunitrio, organizado por la escuela del lugar, las uniones vecinales de parajes cercanos, y el propio municipio local realizan.
Antes se realiza un desfile civico militar, donde los gauchos malargüinos son acompañados pr escuadras de la Gendarmería Nacional, Policía de Mendoza, alumnos de escuelas rurales y la Cabalgata de la Virgen.
Por la tarde todos se reúnen a un campo ecuestre, para entretenerse con las destrezas gauchas y a la noche para elegir a la Reina de la Fiesta Vuelta del Veranador.