Inmersos en los festejos que se viven por estos días para enaltecer nuestras tradiciones, nada mejor que un gaucho de porte fornido, voz potente y guitarra al hombro para avivar el fuego. Estamos hablando del Chaqueño Palavecino, quien se subió al escenario del estadio Vicente Polimeni para celebrar sus 25 años de trayectoria junto al folklore.
|
|
Fiel a su poder de convocatoria, el músico norteño brindó un concierto ante dos mil mendocinos que corearon su repertorio por más de dos horas y media.
Fue una verdadera fiesta que comenzó con las palabras del folklorista recitando los versos de Criollo como un fogón, mientras que en una pantalla ubicada al centro del escenario proyectaba imágenes alusivas. Luego vinieron una tras otra las canciones: Por los caminos de mi pago, Pilcomayeño, A Don Amancio, La Taleñita, La deuda, Dulcemente me recuerdas y Distinta; entre otras.
A esta altura, el público no paraba de agitar sus pañuelos, corear, y bailar desde las gradas al son de las chacareras y las zambas. La primera parte del encuentro trascurrió así, casi como cualquier otro concierto, aunque la gran fiesta comenzaría pasadas las 23, cuando el cantante hizo un alto en el show para hablar con su público.
Buenas noches a la gente de Las Heras. Me han traído para este costao, dicen que aquí viven los afamaos. Muchas gracias queríamos cantar todos lo que cantamos, ahora llega el momento de escucharlos un poco a ustedes.
Con estas palabras de bienvenida subieron al escenario los invitados locales. Se trata de los hermanos Figeroa, quienes entonaron junto al Chaqueño la hermosa tonada "Cuando el corazón se quiere quedar". Luego llegó el turno del baile y varios de los presentes se dispusieron en parejas para ponerle gracia a nuestras danzas tradicionales. Mientras que abajo del escenario, un ballet de chicos especiales acompañaban el momento bailando vestidos de celeste y blanco.
En poco tiempo el espectáculo se convirtió en una gran peña con la bandera Argentina de fondo. Tanta alegría trajo más tarde el tradicional aro, aro, aro, que se disputaba entre todos los músicos la frase más picaresca.
De esta manera llegarían los éxitos Amor salvaje y La ley y la trampa, que cerraron el concierto cerca de la una de la madrugada. El aclamado bis llegó sin espera mientras el público ovacionaba al folklorista de pie.
Más de una treintena de canciones formaron parte del repertorio de un concierto donde el Chaqueño demostró una vez más que conquista multitudes.
video