Desde la Coviar reclamaron defender a las economías regionales. "No estamos solicitando una devaluación como la de enero de 2014, porque la inflación borró cualquier mejora en la competitividad. Estamos solicitando un tratamiento diferencial para las economías regionales", destacó la productora de uva convertida en titular de la Corporación Vitivinícola Argentina.
Ante un auditorio colmado en el hotel Hyatt, Hilda advirtió que "no sobra ni un solo productor, ni una sola bodega. En el 2010 tuvimos que importar vino. No había un sólo litro de excedente. Hasta el 2008 fuimos el primer exportador mundial de mosto". La crisis profunda que vive la vitivinicultura tiene que ver con las variables macro más que con problemas estructurales del sector.
La disminución de las exportaciones han generado excedentes que afectan a la producción y a las bodegas por el lado de los precios y falta de mercado, destacó Wilhelm de Vaieretti, antes de señalar que "no imaginamos ni queremos depender de subsidios de dudosa factibilidad".
"Estamos convencidos que la alternativa para los pequeños productores es la integración. La presión impositiva es asfixiante. Invitamos al sector público y a todos a aunar esfuerzos para salir de esta gravísima situación, lo que obliga a bajar drásticamente el índice inflacionario y a establecer un tipo de cambio competitivo para poder exportar. Sin esto, no habrá vitivinicultura. Y sin productores no habrá paz social", reclamó la titular de la Coviar.
Necesitamos tener una multiplicidad de actores, desde el obrero de viña al enólogo que nos distingue a nivel internacional por la calidad de nuestros vinos. Los vinos argentinos tienen nombre propio en la dura competencia a nivel mundial, afirmó Hilda.