El aceite de oliva es una de las grasas vegetales más antiguas y compone la fuente principal de lípidos en la dieta mediterránea. Esta dieta, mundialmente conocida, consiste en un estilo de vida basado en una nutrición equilibrada y variada en la que predominan los alimentos obtenidos de los cultivos tradicionales de la zona geográfica bañada por el Mediterráneo: el trigo, el olivo y la vid.
Miguel Fornés, director de una investigación sobre los beneficios del consumo de aceite de oliva en nuestra región (junto a un equipo de profesionales de las facultades de Medicina y Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo), explicó: Nosotros trabajamos la parte de fertilidad masculina, vinculada con hipercolesterolemia y cómo el aceite de oliva la corrige.
Concretamente, el estudio trabaja con conejos que son alimentados con una dieta grasa. Obviamente, estas condiciones son atípicas porque normalmente no consumen grasas de origen animal y esto promueve la hipercolesterolemia en los animales. Lo interesante de esta investigación es que, al agregarle al alimento de los conejos aceite de oliva, pudieron observar que bajaban los niveles de colesterol y los acercaba casi a los normales.
Lo que hacemos es agregarle al alimento balanceado el primer jugo bovino (que es el que se compra en el supermercado para las empanadas). Este jugo es muy malo para la salud porque tiene todas las grasas perjudiciales. Hay que eliminar de las dietas todas las grasas de este origen. Además, todo lo que sean grasas es equivalente al aceite, entonces se puede consumir éste pero de origen vegetal, aclara Fornés.