El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump.
En un giro político sin precedentes, la Corte Suprema de Colorado dictaminó que Donald Trump no puede postularse nuevamente a la presidencia, citando la 14ª Enmienda constitucional debido a la insurrección del 6 de enero. Un fallo que podría cambiar el panorama electoral y desencadenar decisiones similares en otros estados.
En un comunicado impactante, la Corte ordenó excluir a Trump de las primarias republicanas del estado, programadas para el "Supermartes" del 5 de marzo. Este uso de la 14ª Enmienda marca un precedente histórico, siendo la primera vez que se aplica para evitar que un candidato se postule nuevamente a la Casa Blanca.
La decisión, con un voto de 4 a 3, desató reacciones intensas. El portavoz de Trump, Steven Cheung, anunció una apelación ante la Corte Suprema de Estados Unidos, calificando la decisión de "profundamente antidemocrática". En respuesta, la Corte afirmó: "No llegamos a estas conclusiones a la ligera" y subrayó su deber de aplicar la ley.
El fallo se basa en la Sección 3 de la 14ª Enmienda, diseñada para descalificar a aquellos que participaron en una insurrección contra la Constitución. A pesar de los múltiples cargos legales y civiles que enfrenta, Trump lidera las encuestas en las elecciones primarias republicanas y en las generales, donde supera a Biden por 4 a 5 puntos.
La Constitución estadounidense no impide ser presidente a un investigado por un delito federal; tampoco aspirar a ello, aunque, como es el caso, se enfrente a 94 cargos en cuatro causas distintas, por su presunta implicación en el ataque al Capitolio, por delitos electorales y por su manejo de papeles clasificados en su residencia privada de Mar-a-Lago. Ni siquiera existe esa salvedad en el texto fundamental si este acaba en la cárcel.
Pero la decimocuarta enmienda sí aporta una excepción en su sección tercera, pensada para los “insurrectos”. Es la “cláusula de descalificación”, y dice: “Ninguna persona podrá ser [...] presidente [...] si, habiendo prestado previamente juramento de apoyo a la Constitución de Estados Unidos, ha participado en una insurrección o rebelión contra la misma, o dado ayuda o consuelo a sus enemigos”. El texto también advierte que el Congreso puede levantar ese veto si reúne una mayoría de dos tercios.
La estrategia demócrata de utilizar la 14ª Enmienda para influir en las elecciones enfrenta ahora un desafío legal significativo. Esta decisión podría desencadenar consecuencias políticas y tensar aún más el tejido político en un país dividido./Clarín.