Al estilo de The Bear, Damien Chazelle dirige este largometraje sobre la obsesión y la búsqueda de la perfección.
Animación, terror y producciones de estreno son los que se encuentran presentes en Netflix ante el aburrimiento. Sin embargo, a la hora de elegir la mejor recomendación de la plataforma, puede ser un tanto complejo si no se sabe qué ver. En estos casos, el que más sobresale es una película que fue un éxito en cines durante el 2014.
A 10 años de su estreno oficial, Netflix vuelve a incorporar a “Whiplash”, un largometraje que une la música, la obsesión y el drama al máximo para crear una joya del cine internacional.
Andrew Neiman (Miles Teller) es un jóven baterista de jazz que desea triunfar y ser reconocido como el mejor en lo que hace, por lo que pasa gran parte de sus días en el Conservatorio de Música de la Costa Este. Con sueños de grandeza e inspirado por el fracaso de su padre como escritor, Neiman hará todo lo que está a su alcance para brillar ante los demás. Sin embargo, Terence Fletcher (J.K. Simmons) será el profesor encargado de fortalecer sus habilidades, aunque con métodos rigurosos y abusivos.
"Largometraje que puede ser electrizante mientras desarrolla el dramático proceso de aprendizaje, alcanzar en más de un tramo el nervio y la tensión de un thriller, encender la emoción y sortear los estereotipos del género que acechan en la historia”, por diario La Nación.
"Uno no va a ver 'Whiplash', sino que se deja arrollar por ella. (...) Lo mejor: el clímax, cine en estado químicamente puro. Lo peor: que no le ofrezcan más papeles así a Simmons”, escrito por Fotogramas.
"quizás hace un par de cosas mal, pero tiene un objetivo, y finalmente lo logra, una autenticidad a la vez más exaltada y más primaria que la mera verosimilitud”, según afirma el The New York Times.
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