Enoturismo en Valle de Uco, un variado menú de opciones
El enoturismo del Valle de Uco representa, desde hace varios años, una excelente oportunidad no solamente para los miles de visitantes que recibe la región, sino también para quienes se dedican a esta actividad que, a pesar que desde el año 2016 no recibe inversiones de magnitud, sigue siendo atractiva para quienes prestan servicios de todo tipo y para los más variados bolsillos.
Noticiero Andino Valle de Uco realizó un relevamiento del sector y se puede afirmar que, en el caso de los alojamientos en hoteles -tomando como base una habitación doble y, según el lugar y las comodidades que ofrezcan- pueden partir desde los $15.000, teniendo un techo en el umbral de cada consumidor. Algo similar ocurre con las cabañas que, a partir de considerar una opción para 4 personas, sus precios pueden comenzar en los $25.000.
Llegado el momento de ingerir alimentos, la oferta es por demás variada. Obviamente también se debe considerar el lugar que se elija para comer, porque no cuesta lo mismo un lugar con vista a la montaña y con un menú dedicado que una parrillada, que se pueda considerar más habitual. En estos casos, se puede decir que un almuerzo y/o cena comienza alrededor de los $5.000, con vino incluido. A partir de allí, al igual que con los alojamientos, el techo puede estar tan alto como el cliente esté dispuesto a pagar.
También es interesante destacar que, en algunas ocasiones, las visitas a bodegas y viñedos suelen tener opciones gastronómicas. Es por ello que las mismas pueden ser gratuitas o tener valores acotados. Se puede estimar que un recorrido acompañado de una degustación y alguna entremés puede costar alrededor de $5.000.
Si bien no existen números oficiales acerca de la mano de obra que ocupa el sector, a partir de las informaciones obtenidas y conversaciones con distintos operadores, la misma se estima en alrededor de 750 personas que trabajan diariamente en la prestación de servicios para el enoturismo, en cualquiera de los rubros que se necesiten. Un dato muy interesante pasa por saber que a partir de la pandemia, cuando se produjo un éxodo de los profesionales del sector, se ha incorporado una importante cantidad de jóvenes con una muy interesante formación, que pasa por el dominio de los idiomas y conocimientos básicos de la vitivinicultura y todos sus secretos.
Para Diego Stortini, empresario del sector y presidente con mandato cumplido de la Cámara de Comercio de Tunuyán, el futuro del sector es óptimo aun teniendo en cuenta que la situación de la macroeconomía ha complicado la llegada de inversiones significativas en los últimos años. Stortini señala que, a su vez, esa misma situación permite que la actividad continúe en forma sostenida y creciendo porque, para el turismo internacional, el costo argentino es muy bajo.
video